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mammajamma's review against another edition
3.0
This book was fine. As others have said, lovely imagery, unrealistic characters.
In addition to the imagery, I get a feeling that Erickson's obscurity might be what some of his evangelists like about him. Luckily for the obscurity fans, then, their five star ratings will always be tempered by the folks like me who were sucker enough to believe them, and this book, obscurity intact, will not rocket to Goodreads fame and glory.
In addition to the imagery, I get a feeling that Erickson's obscurity might be what some of his evangelists like about him. Luckily for the obscurity fans, then, their five star ratings will always be tempered by the folks like me who were sucker enough to believe them, and this book, obscurity intact, will not rocket to Goodreads fame and glory.
btmarino84's review against another edition
4.0
Erickson is a master visualist. There are so many moments in this book that can simply take your breath away. The story itself lends itself to his dreamy and imagistic writing. Often the characters seem unaware of what they are doing or why they are doing it. Drifting through a dreamlike version of an apocalypse (we never quite know why any of these horrifying disasters are occurring. just that they are), getting stuck in a loop of time they can't escape, finding long lost ghosts, etc. There are times where I rolled my eyes (This is very much an 80s artsy book), especially at some of the "erotic" moments. It could be truly sensual and erotic, but there were other moments that...well you'll see. Overall, I am glad I finally read it after owning it for 17 years. Feels like an odd weight has been lifted.
oedipa_maas's review against another edition
2.0
Uneven. That's my ultimate word on this book.
The comparisons to Pynchon, DeLillo, and Nabokov are almost laughable, and I can see why those guys come to mind in terms of tone and themes, but the prose doesn't even approach them. This novel had a grand idea and Erickson developed an intricate riddle for the reader to solve as she reads it, which I always appreciate, but the language is so flowery and dreamlike that it overshadowed any real gut emotion that was trying to surface. I've read his The Sea Came in at Midnight that he wrote 15 years later, so I understand that this debut novel was really just several tests to see what works and what might need to be hacked. I don't think I enjoyed this, overall, but I can see it for what it is and respect that.
Oh yeah, the sex scenes were really cringey - does Erickson think doggy style is the only way to fuck?
The comparisons to Pynchon, DeLillo, and Nabokov are almost laughable, and I can see why those guys come to mind in terms of tone and themes, but the prose doesn't even approach them. This novel had a grand idea and Erickson developed an intricate riddle for the reader to solve as she reads it, which I always appreciate, but the language is so flowery and dreamlike that it overshadowed any real gut emotion that was trying to surface. I've read his The Sea Came in at Midnight that he wrote 15 years later, so I understand that this debut novel was really just several tests to see what works and what might need to be hacked. I don't think I enjoyed this, overall, but I can see it for what it is and respect that.
Oh yeah, the sex scenes were really cringey - does Erickson think doggy style is the only way to fuck?
kansass's review against another edition
5.0
"-No, nunca hace este frío en Hollywood. -Y añadió-: Pero sí lo hace donde crecí, Kansas.
-¿Qué es Kansas?
-Kansas-dijo ella- El Mago de Oz."
Kansas, Los Ángeles, Amsterdam, Paris y Venecia, son los escenarios por los que se mueve esta fascinante obra del que se ha convertido en mi adorado Steve Erickson. Llegué a este autor gracias a Zeroville, inmensa, y vuelvo a él gracias a esta otra obra también publicada por la editorial Pálido Fuego. Días entre Estaciones fue su primera novela, aunque no lo parece por lo firme y luminosa en su discurrir y durante la lectura tienes la sensación de estar en medio de un sueño, imposible de separar realidad física de la ensoñación, y en este caso tengo que rescatar algo que se decía una y otra vez como en bucle, en la lynchiana Twin Peaks The Return: “Somos como el soñador, que sueña y vive dentro del sueño.”
No sé realmente como describir las sensaciones durante la lectura de esta novela pero es de esas obras que te hacen casi vivir la lectura como una experiencia intuitiva, -entro en la historia y no quiero terminarla, como en un sueño-, asi que tuve que ir dosificándola. Steve Erickson tiene una prosa exquisita, hipnótica, te lleva de la mano por un entorno medio apocaliptico, entre varias lineas temporales y ¿universos paralelos?? pero también muy real: tormentas de arena en Los Angeles, rios helados en Paris, viajes en tren donde el tiempo se detiene o avanza a velocidad de vértigo, una niebla que cubre Venecia en la que a quién se pierde, le resulta imposible encontrar la salida... experiencias que no sabría si calificar como surrealistas u oníricas, porque por una parte me parecían reales y muy físicas.
"Por un instante pensó que quizá él la había visto; la luz se movió y él se quedó a oscuras, y ella se descubrió allí atrapada , a la espera de que la luz le encontrase otra vez. Cuando lo hizo, su rostro semejaba a una neblina, un perfil infinitamente enmarañado (...) hasta que, tras haber sucedido esto tres o cuatro veces, apareció en medio de un fulgor tan puro que ella habría sido capaz de verle...".
La historia comienza con Lauren, en Kansas, para luego bifurcarse hacia Michel/Adrien en Los Angeles, y para luego llevarnos a Paris, donde somos testigos del nacimiento de un genio, y de su creación artística. Imposible contar el argumento porque la gracia está en ir adentrándose pero aquí todos los personajes andan a la búsqueda de algo, o la memoria, o una película perdida, o el amor. Y lo mejor es como te lo estructura, porque Steve Erickson al igual que en Zeroville, juega con la estructura de la historia y la asemeja a una película: desde el juego de luces y sombras del cine mudo pasando por los diferentes estados emocionales en la creación de una pelicula. Muchos reconocerán de donde toma el modelo para la película perdida, obsesivamente buscada de la misma forma que fue obsesivamente creada, pero creo que reconocer las referencias ericksianas no es tan importante como sumergirte en esta experiencia sensorial y adictiva que me ha supuesto la lectura de Dias entre Estaciones, imposible olvidar ya ese abrigo azul o Wyndeaux. Desde ya está entre mis libros de cabecera.
“Compró una entrada, accedió a la sala y se sentó en una fila vacía, a la espera de que las luces se apagaran y la pantalla parpadease ante él, y supo que éste era el momento que había evitado; que si este momento no hubiera significado nada para él, se habría sentido más irremediablemente perdido que nunca, habría sentido una soledad tal que los días anteriores ni siquiera hubieran podido anticipar. Asi que experimentó una euforia salvaje cuando, al dar comienzo la película, sintió una emoción y una pasión enormes”.
-¿Qué es Kansas?
-Kansas-dijo ella- El Mago de Oz."
Kansas, Los Ángeles, Amsterdam, Paris y Venecia, son los escenarios por los que se mueve esta fascinante obra del que se ha convertido en mi adorado Steve Erickson. Llegué a este autor gracias a Zeroville, inmensa, y vuelvo a él gracias a esta otra obra también publicada por la editorial Pálido Fuego. Días entre Estaciones fue su primera novela, aunque no lo parece por lo firme y luminosa en su discurrir y durante la lectura tienes la sensación de estar en medio de un sueño, imposible de separar realidad física de la ensoñación, y en este caso tengo que rescatar algo que se decía una y otra vez como en bucle, en la lynchiana Twin Peaks The Return: “Somos como el soñador, que sueña y vive dentro del sueño.”
No sé realmente como describir las sensaciones durante la lectura de esta novela pero es de esas obras que te hacen casi vivir la lectura como una experiencia intuitiva, -entro en la historia y no quiero terminarla, como en un sueño-, asi que tuve que ir dosificándola. Steve Erickson tiene una prosa exquisita, hipnótica, te lleva de la mano por un entorno medio apocaliptico, entre varias lineas temporales y ¿universos paralelos?? pero también muy real: tormentas de arena en Los Angeles, rios helados en Paris, viajes en tren donde el tiempo se detiene o avanza a velocidad de vértigo, una niebla que cubre Venecia en la que a quién se pierde, le resulta imposible encontrar la salida... experiencias que no sabría si calificar como surrealistas u oníricas, porque por una parte me parecían reales y muy físicas.
"Por un instante pensó que quizá él la había visto; la luz se movió y él se quedó a oscuras, y ella se descubrió allí atrapada , a la espera de que la luz le encontrase otra vez. Cuando lo hizo, su rostro semejaba a una neblina, un perfil infinitamente enmarañado (...) hasta que, tras haber sucedido esto tres o cuatro veces, apareció en medio de un fulgor tan puro que ella habría sido capaz de verle...".
La historia comienza con Lauren, en Kansas, para luego bifurcarse hacia Michel/Adrien en Los Angeles, y para luego llevarnos a Paris, donde somos testigos del nacimiento de un genio, y de su creación artística. Imposible contar el argumento porque la gracia está en ir adentrándose pero aquí todos los personajes andan a la búsqueda de algo, o la memoria, o una película perdida, o el amor. Y lo mejor es como te lo estructura, porque Steve Erickson al igual que en Zeroville, juega con la estructura de la historia y la asemeja a una película: desde el juego de luces y sombras del cine mudo pasando por los diferentes estados emocionales en la creación de una pelicula. Muchos reconocerán de donde toma el modelo para la película perdida, obsesivamente buscada de la misma forma que fue obsesivamente creada, pero creo que reconocer las referencias ericksianas no es tan importante como sumergirte en esta experiencia sensorial y adictiva que me ha supuesto la lectura de Dias entre Estaciones, imposible olvidar ya ese abrigo azul o Wyndeaux. Desde ya está entre mis libros de cabecera.
“Compró una entrada, accedió a la sala y se sentó en una fila vacía, a la espera de que las luces se apagaran y la pantalla parpadease ante él, y supo que éste era el momento que había evitado; que si este momento no hubiera significado nada para él, se habría sentido más irremediablemente perdido que nunca, habría sentido una soledad tal que los días anteriores ni siquiera hubieran podido anticipar. Asi que experimentó una euforia salvaje cuando, al dar comienzo la película, sintió una emoción y una pasión enormes”.
lucas115's review against another edition
3.0
The prose is absolutely gorgeous and there's little negative to say about Erickson. But there's something about a book that should grab me and hold on to me, and I simply didn't feel that way about Days Between Stations. I'd usually keep going but I'm done reading books I'm no longer interested in. I'm curious as to Erickson's later work.
DNF pg. 75
DNF pg. 75
rebus's review against another edition
2.75
The writing is bland, posing as difficult, and the author truly doesn't seem to have anything real to say about life or the world.
michaelstearns's review against another edition
4.0
Read this in a remaindered hardcover ages ago when the equally strange and appealing Rubicon Beach came out. Found this one more accessible, but that was likely because I was not such a swift reader. Also recall that he repeats several lines verbatim between the two books, but to what end? Who knows? I couldn't be bothered to think much on it back in 1985. Man, that was always the case.
(Yet another book added to my shelves due to Liz Byer's having picked it up recently.)
(Yet another book added to my shelves due to Liz Byer's having picked it up recently.)