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nunuseli's review against another edition
3.0
Tenía muchísimas esperanzas puestas en 'Todos los jóvenes tristes y literarios', con un título así era predecible que yo creyera por un momento que éste iba a ser el libro de mi vida, el libro que explicaría mi vida. Enterarme del argumento no hizo nada más que incrementar estas esperanzas: la historia de tres personajes, uno que quiere escribir la gran novela sionista pero que nunca se sienta a escribirla, uno que es incapaz de decidirse por el tema de su tesis, y otro que tampoco sabe que hacer con su vida y está obsesionado en seguir la actualidad política. Sí, se podía decir que efectivamente yo estaba incluída dentro de estos jóvenes tristes y literarios, dentro de los que un día fueron promesas, estudiantes impecables que podían haber hecho lo que quisiera pero que a los 20 años se veían atascados y sin saber qué hacer con sus vidas. Sin embargo, tan pronto como me enteré de que esta novela podía ser la novela de mi vida también me enteré de que en realidad no lo iba a ser: todas las críticas coincidían en decir que tenía múltiples defectos y que resultaba decepcionante. Aún así me la compré, con la esperanza de poder quererla a pesar de sus defectos (a veces me ha pasado, 'Posesión' es el ejemplo paradigmático de este fenómeno), pero tuve la suficiente sangre fría como para dejar pasar un tiempo prudencial que ayudara a calmar mis fervorosas esperanzas, hice cálculos y dejé pasar el tiempo suficiente como para que la decepción no me afectara a nivel personal.
Pues eso, 'Todos los jóvenes tristes y literarios' es un libro decepcionante. Más que nada porque en realidad prácticamente no habla nada de tristeza y literatura, sino que se centra en líos de faldas. Los protagonistas son Sam, Mark y Keith y la historia es la historia de sus relaciones sentimentales entre los 20 y 30 años. No hay ninguna duda de que Sam, Mark y Keith son un reflejo del propio autor, uno es su parte judía, el otro es su parte rusa y el otro es su parte americana que desciende de emigrantes rusos. El problema es que Sam, Mark y Keith están tan poco desarrollados que son intercambiables: lo que hace Sam lo podría hacer Mark, lo que le pasa a Mark y cómo reacciona éste sería la misma reacción que tendría Keith en la misma situación, etc. Es verdad que el autor parece que quiera escurrir el bulto con la teoría de que todos tenemos diversas vidas y que las vidas de Sam, Mark y Keith funcionan como vidas en un universo alternativo del autor y blablabla, pero no cuela. Definitivamente la creación de personajes no es el fuerte de esta novela. Y si los tres protagonistas están mal descritos, ya ni hablemos de las mujeres de sus vidas, que encima se nota tantísimo que han sido creadas por la mente de un hombre, porque son mujeres que parece que sólo tienen como misión en esta vida hacer feliz un hombre, sin tener ningún tipo de vida propia. Vaya, como Houellebecq, pero con menos sexo y menos nihilismo. Hay una escena en que Sam lee el diario de la mujer con la que se acaba de acostar y que después será su novia, y Sam se sorprende que en el diario hable tan poco de hombres y sexo, ya sabéis, como si las mujeres pudieran tener algo en la cabeza que no sean hombres. Esta incapacidad de Sam parece la misma que sufre el autor y me gusta creer que esta escena es un desliz inconsciente por parte del autor.
Aún hay más cosas que no me han gustado. El libro es repetitivo, muy repetitivo, no sólo porque tengamos que escuchar la misma historia tres veces a través de los tres protagonistas, sino porque encima cada personaje parece condenado a repetir una y otra vez las mismas cagadas. Así que tenemos (dejad que cuente, 3x3 = 9) nueve veces contada la misma historia. Y entiendo que probablemente la intención del autor era que su libro fuera repetitivo como metáfora de la incapacidad de sus personajes de madurar y avanzar, pero cansa, cansa mucho. ¿Y si hay tantas cosas que no me han gustado de este libro, cómo es que aún me empeño en ser benigna con él? Pues porque también ha habido muchas cosas que me han encantado, detalles que hacen creer que estamos ante un autor con potencial, párrafos bellos e incisivos, giros que desbordan inteligencia. Me ha encantado el prólogo nostálgico con Mark y su novia siendo pobres pero felices en Nueva York y comprando en tiendas coreanas. Me ha encantado el primer capítulo, en el que Keith en la universidad se medio enamora de la hija del vicepresidente, la hija del que podría haber sido presidente (una especie de Al Gore con barba y más carisma), pero no pasa nada y luego se vuelven a encontrar en medio de Nueva York cuando los dos han fracasado y este reencuentro ya lo dice todo. Y la parte de Sam en Israel y esa escena en la que Sam, un judío norteamericano, y Akhmed, un palestino, están tumbados en dos camas una al lado de la otra y se confiesan y se comprenden y nosotros también lo comprendemos. Y la escena en que Sam y las dos mujeres que ha estado viendo (una judía de derechas y una judía de izquierdas) ven juntos el 11-S por la tele. Keith y sus compañeros de universidad discutiendo, a propósito de Lewinski, sobre qué es sexo y qué no. Y Katie como la Edith Warthon de los mensajes de textos. Y la necesidad constante de los tres personajes de revisar su correo electrónico. Y, resumiendo, por lo que vale la pena este libro, es por como los sucesos históricos (tanto del presente como del pasado) se insertan en la trama y sirven no sólo como contrapunto generacional sino como forma de explicar mejor a los personajes, pero también porque es el único libro que introduce las nuevas tecnologías (email, sms, etc.) y no lo hace de forma patillera y simplemente formal sino como una parte de la vida de los personajes.
Pues eso, 'Todos los jóvenes tristes y literarios' es un libro decepcionante. Más que nada porque en realidad prácticamente no habla nada de tristeza y literatura, sino que se centra en líos de faldas. Los protagonistas son Sam, Mark y Keith y la historia es la historia de sus relaciones sentimentales entre los 20 y 30 años. No hay ninguna duda de que Sam, Mark y Keith son un reflejo del propio autor, uno es su parte judía, el otro es su parte rusa y el otro es su parte americana que desciende de emigrantes rusos. El problema es que Sam, Mark y Keith están tan poco desarrollados que son intercambiables: lo que hace Sam lo podría hacer Mark, lo que le pasa a Mark y cómo reacciona éste sería la misma reacción que tendría Keith en la misma situación, etc. Es verdad que el autor parece que quiera escurrir el bulto con la teoría de que todos tenemos diversas vidas y que las vidas de Sam, Mark y Keith funcionan como vidas en un universo alternativo del autor y blablabla, pero no cuela. Definitivamente la creación de personajes no es el fuerte de esta novela. Y si los tres protagonistas están mal descritos, ya ni hablemos de las mujeres de sus vidas, que encima se nota tantísimo que han sido creadas por la mente de un hombre, porque son mujeres que parece que sólo tienen como misión en esta vida hacer feliz un hombre, sin tener ningún tipo de vida propia. Vaya, como Houellebecq, pero con menos sexo y menos nihilismo. Hay una escena en que Sam lee el diario de la mujer con la que se acaba de acostar y que después será su novia, y Sam se sorprende que en el diario hable tan poco de hombres y sexo, ya sabéis, como si las mujeres pudieran tener algo en la cabeza que no sean hombres. Esta incapacidad de Sam parece la misma que sufre el autor y me gusta creer que esta escena es un desliz inconsciente por parte del autor.
Aún hay más cosas que no me han gustado. El libro es repetitivo, muy repetitivo, no sólo porque tengamos que escuchar la misma historia tres veces a través de los tres protagonistas, sino porque encima cada personaje parece condenado a repetir una y otra vez las mismas cagadas. Así que tenemos (dejad que cuente, 3x3 = 9) nueve veces contada la misma historia. Y entiendo que probablemente la intención del autor era que su libro fuera repetitivo como metáfora de la incapacidad de sus personajes de madurar y avanzar, pero cansa, cansa mucho. ¿Y si hay tantas cosas que no me han gustado de este libro, cómo es que aún me empeño en ser benigna con él? Pues porque también ha habido muchas cosas que me han encantado, detalles que hacen creer que estamos ante un autor con potencial, párrafos bellos e incisivos, giros que desbordan inteligencia. Me ha encantado el prólogo nostálgico con Mark y su novia siendo pobres pero felices en Nueva York y comprando en tiendas coreanas. Me ha encantado el primer capítulo, en el que Keith en la universidad se medio enamora de la hija del vicepresidente, la hija del que podría haber sido presidente (una especie de Al Gore con barba y más carisma), pero no pasa nada y luego se vuelven a encontrar en medio de Nueva York cuando los dos han fracasado y este reencuentro ya lo dice todo. Y la parte de Sam en Israel y esa escena en la que Sam, un judío norteamericano, y Akhmed, un palestino, están tumbados en dos camas una al lado de la otra y se confiesan y se comprenden y nosotros también lo comprendemos. Y la escena en que Sam y las dos mujeres que ha estado viendo (una judía de derechas y una judía de izquierdas) ven juntos el 11-S por la tele. Keith y sus compañeros de universidad discutiendo, a propósito de Lewinski, sobre qué es sexo y qué no. Y Katie como la Edith Warthon de los mensajes de textos. Y la necesidad constante de los tres personajes de revisar su correo electrónico. Y, resumiendo, por lo que vale la pena este libro, es por como los sucesos históricos (tanto del presente como del pasado) se insertan en la trama y sirven no sólo como contrapunto generacional sino como forma de explicar mejor a los personajes, pero también porque es el único libro que introduce las nuevas tecnologías (email, sms, etc.) y no lo hace de forma patillera y simplemente formal sino como una parte de la vida de los personajes.
batbones's review against another edition
2.0
It started off as anticipation but later eroded into stone skipping. While there are some rather witty lines and original imagery, I couldn't help feeling it was altogether too many chapters of men who couldn't achieve more/fell behind in the race of living. I liked Right to Return as I was rather impressed with how Mr Gessen handled Israel and its thorny political affairs and ramifications - with all its arguments it was like a condensed version of a history essay, and all of them quite well thought out and elaborated, thus sympathy was with Sam who was stuck in this whirlpool of confusion.
Admittedly, I gave up before Part III commenced.
Admittedly, I gave up before Part III commenced.
magnetgrrl's review against another edition
1.0
This book was beyond terrible. I'm truly sorry I bought it, and if I could get my money back in some way, I would. It's incredibly pretentious, but not even in a way where I have to at least grudgingly admit that it's well-written, or funny, or intelligent, or insightful... because this book is none of those things. So on top of NOT being the least bit smart or funny or insightful it's painfully pretentious. It's also banal and flat-out boring. The characters in this book are the same annoying guys the literary world has been saddled with for decades, and I just can't take anymore. They all read like they're probably just whiny wank-fest navel-gazing facets of their authors. I don't think I can possibly say enough about how crappy and mediocre this book was, and I don't really have the energy to try. When I think about it, I fall into a stupor wondering how it is that things like this ever get published, and that line of thinking almost inevitably ends with me lamenting but also feeling increasingly like I understand why print media is dying. THIS BOOK IS NOT WORTH THE PAPER IT IS PRINTED ON, AND TIME SPENT READING IT IS TIME FROM YOUR LIFE WASTED.
moonshake's review against another edition
1.0
i hate every person in this book and i hate the author for capitalizing on the insecurities of his target audience (white ppl who are having a real tough time not being fucking losers)
nanikeeva's review against another edition
1.0
awful, would give zero stars if i could - expected better from Gessen based on "a terrible country."
offbalance80's review against another edition
1.0
The only problem with a character study is when the characters you are attempting to study are whiny, irritating, and boring.
The prose is well constructed, but the story itself is ultimately too boring to be worth reading.
The prose is well constructed, but the story itself is ultimately too boring to be worth reading.
abroadwell's review against another edition
2.0
About the lives of three 20ish grad students on the East Coast. --mostly NYC. (if you have a low opinion of Syracuse, you might find the description of life there amusing.). I could identify with the trouble in finishing a dissertation; this is a universal of grad student life. But I couldn't identify with these students, who are all heterosexual former athletes pining after women and spending their free time lifting weights. I've never known any grad students at all like this.
And they don't really do anything either, they just spent time agonizing over what they ought to do. Should I be with this hot girl or that hot girl? Should I spent time withe Prof X or Prof. Y?
Feh...
emma_sky's review
emotional
funny
hopeful
informative
reflective
fast-paced
- Plot- or character-driven? Character
- Strong character development? It's complicated
- Loveable characters? It's complicated
- Diverse cast of characters? No
- Flaws of characters a main focus? Yes
5.0
Minor: Suicide, Torture, and War
chloelikedolivia's review against another edition
5.0
It will come as a surprise to exactly no one that I loved this book. Sad and pretty and deeply satirical, it's the story of overeducated boys who can't figure out what to do about girls or their lives. It was kind of written just for me.