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kaylap05's review against another edition
adventurous
funny
mysterious
medium-paced
- Plot- or character-driven? Plot
- Strong character development? Yes
- Loveable characters? Yes
- Diverse cast of characters? No
- Flaws of characters a main focus? Yes
4.25
hariyek's review against another edition
adventurous
challenging
funny
tense
medium-paced
- Plot- or character-driven? A mix
- Strong character development? It's complicated
- Loveable characters? N/A
- Diverse cast of characters? It's complicated
- Flaws of characters a main focus? It's complicated
3.25
I’ve read this book because i simply could not live with the show and the movie being discontinued.
yet the way jace was totally up valentines ass still boggles the shit out of my brain. don’t get me wrong i get it BUT even i would’ve been skeptical about the dad thing.
it’s like his brain went out the window when valentine went all ‘luke, i am your father.’ LIKE GET A GRIP!
anyways, i def loved the crumbs i was getting from jace and clary.
OMG the BEEF between alex and clary KILLS ME. he is so in the closet he feels the need to put hands on her?? crayZ!!
also this was surprising comedic. like i was cackling at this girls monologue AND the dialogue. she spoke her mind a lot and i didn’t hate it.
please don’t make simon and her date in the books please please please.
why can’t anyone just believe luke the good? he told clary the WHOLE TRUTH. and they still think they’re siblings?
bro valentines manipulation HAS to be good for jace to believe that he is a WHOLE other person.
i’m writing this in my notes app as im finishing this up so it’s so long because things just keep popping up 😐.
sigh.. just remembered they are literally fifteen. no wonder they’re so gullible.
i find the ending ironic. tho they think they’re related they still not acting it.
Graphic: Blood
ineken's review against another edition
adventurous
fast-paced
- Plot- or character-driven? Plot
- Strong character development? It's complicated
- Loveable characters? Yes
- Diverse cast of characters? No
- Flaws of characters a main focus? No
4.0
chel_reads's review against another edition
adventurous
medium-paced
- Plot- or character-driven? A mix
- Strong character development? No
- Loveable characters? Yes
- Diverse cast of characters? No
- Flaws of characters a main focus? No
4.0
macpau_'s review against another edition
4.0
Traducción y publicación por: The Mortal Instruments News en Español
Él siempre ha sido fuerte. Ha tenido que serlo. La mayor parte de los chicos reciben sus primeras Marcas cuando tienen 15 años. Alec había tenido 13, y eso ya era muy joven. Jace había tenido 9. Su padre le había puesto las marcas en su piel con una estela hecha de marfil tallado. Las runas habían escrito su verdadero nombre, y otras cosas además. "Ahora eres un hombre," había dicho su padre. Esa noche Jace soñó con ciudades hechas de oro y sangre, de altas torres de hueso agudas como astillas. Tenía casi 10 años y nunca había visto una ciudad.
Ése invierno su padre lo llevó a Manhattan por primera vez. El pavimento duro era inmundo, los edificios creciendo demasiado juntos, pero las luces eran brillantes y bonitas. Y las calles estaban llenas de monstruos. Jace solo los había visto antes en los manuales de instrucción de su padre. Vampiros con sus galas, blancas caras muertas como el papel. Licántropos con sus demasiado afilados dientes y su olor a lobo. Brujos con sus ojos de gato y orejas puntiagudas, a veces una cola bifurcada que sobresale de sus elegantes abrigos de terciopelo.
"Monstruos," había dicho su padre, con disgusto. Su boca curvada en las esquinas. "Pero ellos sangran rojo como los hombres hacen cuando los matas."
"¿Qué hay sobre los demonios? ¿Sangran rojo?"
"Algunos lo hacen. Algunos sangran fino como veneno verde, y otros sangran plateado o negro. Tengo una marca aquí de un demonio que sangró ácido color zafiro."
Jace miró con asombro la marca de su padre. "¿Y has matado a muchos demonios?"
"Sí," dijo su padre. "Y algún día, tu también lo harás. Has nacido para matar demonios, Jace. Está en tus huesos."
Habían pasado años hasta que Jace vio un demonio por primera vez, y por entonces su padre ya hacía algunos años que había muerto. Puso a un lado su camiseta ahora y miró la marca dónde ése primer demonio le había clavado las garras. Cuatro mascas de garras paralelas que corren de su esternón a su hombro, dónde su madre le había puesto las runas que le harían rápido y fuerte, y le esconderían de los ojos de los mundanos. Rápido como el viento, fuerte como la tierra, silencioso como el bosque, invisible como el agua.
Jace pensó en la chica de su sueño, la que tenía el pelo escarlata trenzado. En el sueño, él no había sido invisible para ella. Le había mirado a él con más que conocimiento; había habido reconocimiento en sus ojos, como si él le fuera familiar a ella. ¿Pero cómo podía una chica humana ver a través de su glamour?
Se había levantado con escalofríos, frío como si su piel hubiera sido arrancada a trizas. Era aterrador sentirse tan vulnerable, más aterrador que cualquier demonio. Tendría que pedirle a Hodge sobre runas para protección contra pesadillas por la mañana. A lo mejor habría algo sobre eso en uno de sus libros.
Pero no había tiempo ahora. Ha habido informes de actividad oscura en un club en el centro, cuerpos humanos encontrados flácidos y drenados así como el sol salía. Jace se encogió de hombros en su chaqueta, revisó sus armas, marcó ligeramente con Marcas sobre la ropa y metal. Marcas que ningún ojo humano podría ver -- y estaba contento, pensando en la chica de su sueño, la manera en que le había mirado, como si él no fuera diferente a ella. Despojado de su magia, las marcas en su cuerpo no eran más que marcas, después de todo, de no más poder que las heridas en su muñeca y pecho, o la marca profunda justo encina de su corazón dónde el asesino de su padre le había apuñalado cuando tenía 10 años.
"¡Jace!"
El sonido de su nombre le sacó de su ensoñación. Le habían llamado desde el pasillo, Alec e Isabelle, impacientes, hambrientos de caza y muerte. Alejando los pensamientos de pesadillas de su pente, Jace se unió a ellos.
Merged review:
Promesa de Magnus
Se arrastró por el piso astillado y se arrodilló para abrir la puerta cerrada. En el interior, empujó a un lado la ropa y varios paquetes y pociones, sintiendo a lo largo de las paredes buscando lo que él quería. Cuando salió, tosiendo por las bolas de polvo, él estaba arrastrando un baúl de madera de un tamaño decente. Aunque había vivido mucho tiempo, él tendía a viajar con poco peso: para guardar muy pocos recuerdos de su pasado. Él sentía que solo pasar tanto tiempo mirando hacia atrás, de alguna manera le pesaría. Hacía tanto tiempo desde que había abierto el baúl, que se abrió con un chirrido de bisagras que envió a Presidente Miau a deslizarse debajo del sofá, con su cola inquieta. El montón de objetos en el interior el baúl parecía el tesoro de un dragón fastidioso. Algunos de los objetos brillaban con metales y piedras preciosas-Magnus sacó una antigua tabaquera con las iniciales WS grabadas sobre la parte superior en rubíes parpadeantes y sonrió ante el mal gusto de la cosa, y también por los recuerdos que evocaba. Los otros parecían nada especial: una desteñida, cinta de seda de color crema que había sido de Camille; una caja de fósforos del Club de la Nube con las palabras "Yo se lo que eres" escrito en la cubierta interior por la mano de una dama; una quintilla firmada OFOWW; un pedazo medio quemado de papel de escribir del club de Hong Kong, un lugar que le había sido prohibido, no por ser un brujo, pero por no ser blanco. Él tocó un pedazo de soga trenzada casi en el fondo del montón, y pensó en su madre. Ella había sido la hija de un hombre colonial holandés y una mujer indonesia que había muerto al dar a luz y cuyo nombre Magnus nunca había conocido. Estaba casi en el fondo del baúl cuando encontró lo que estaba buscando y lo sacó, entrecerrando los ojos: una fotografía de papel negro y blanco montado en cartón duro. Un objeto que realmente no debería haber existido, y no si Henry no se hubiera obsesionado con la fotografía. Magnus podría imaginárselo ahora, agachándose dentro y fuera por debajo de la capucha del fotógrafo, corriendo con las placas húmedas hacia el cuarto oscuro que él había creado en la cripta para revelar la película, gritandole a sus sujetos fotográficos que debían permanecer quietos. Esos eran los días en que a fin de fotografiarse, debían permanecer quietos por minutos cada vez. Nada fácil pensó Magnus, la esquina de su boca alzándose, por el equipo del Instituto de Londres. Estaba Charlotte, su pelo oscuro recogido en un moño práctico. Ella estaba sonriendo, pero con ansiedad, como entrecerrando los ojos por el sol. A su lado estaba Jessamine en un vestido que parecía negro en la foto, pero que Magnus sabía que había sido de color azul oscuro. Tenía el pelo rizado y cintas de serpentinas caían desde el ala de su sombrero de paja. Ella se veía muy bonita, pero no como Isabelle: una niña de su misma edad que amaba ser cazadora de sombras, mostraría sus moretones y cicatrices de sus marcas como si fueran joyas, en lugar de esconderse con encaje de Malinas. Al otro lado de Charlotte estaba Jem, pareciendo un negativo fotográfico él mismo con el pelo plateado y los ojos vueltos casi blancos; su mano descansaba en su dragón de jade con cubierta de caña, y su rostro estaba vuelto hacia Tessa.Tessa -Su sombrero estaba en su mano y sus largos rizos castaños volaban libres, ligeramente borrosos por su movimiento. Había un débil halo de luz alrededor de Will: como correspondía a su naturaleza y no habría sorprendido a nadie que lo conociera, él no había sido capaz de quedarse quieto para la foto. Como siempre, estaba sin sombrero, su pelo negro rizado en las sienes. Era una pérdida no ser capaz de ver el color de sus ojos, pero todavía era hermoso y joven y un poco de aspecto vulnerable en la fotografía, con una mano en su bolsillo y la otra detrás de su cuello. Había pasado mucho tiempo desde que Magnus había mirado la fotografía que el parecido entre Will y Jace lo golpeó de repente. Aunque era Alec quién tenía ese pelo negro y aquellos ojos -ese mismo sorprendente color azul oscuro- era Jace el que tenía más de la personalidad de Will. Al menos en la superficie -la misma arrogancia aguda que oculta algo frágil debajo, el mismo ingenio agudo... Trazó el halo de luz alrededor de Will con un dedo y sonrió. Will no había sido ningún ángel, aunque tampoco había sido tan deficiente como muchos pensaban. Cuando Magnus pensaba en Will, incluso ahora, pensaba en él goteando agua de lluvia en la alfombra de Camille, suplicando a Magnus por ayuda que nadie más podía darle. Fue Will el que le había presentado a la idea de que cazadores de sombras y Submundos podría ser amigos. Jem fue de Will, la mejor mitad. Él y Will habían sido parabatai, al igual que Alec y Jace, y compartían esa misma evidente cercanía. Y Alec y Jem eran ambos inusuales en lo que a Cazadores de Sombras concernía, Alec había golpeado a Magnus de un modo en nada parecido a Jem- Alec era nervioso y dulce, sensible y preocupado, mientras que Jem había sido tranquilo, y rara vez se molestaba, más viejo que sus años- Alec emanaba una inocencia profunda hasta la médula; que era rara entre los cazadores de sombras- una cualidad que, Magnus tuvo que admitir, lo atrajo como una polilla a una flama, a pesar de todo su propio cinismo. Magnus miró a Tessa de nuevo. Pensó que ella no fue convencionalmente bonita en la forma en que Jessamine había sido bonita, su rostro estaba vivo con energía e inteligencia. Sus labios se curvaban en las esquinas. Ella estaba de pie, como Magnus suponía era apropiado, entre Jem y Will. Tessa. Tessa, quien como Magnus, vivía para siempre. Magnus miró los restos en la caja de los recuerdos de amor del pasado, algunas de cuyas caras se quedaron con él tan claramente como el día que las había visto por primera vez, y algunos cuyo nombre apenas recordaba. Tessa, que como él, había amado a un mortal, alguien destinado a morir de un modo en que ella no lo estaba. Magnus volvió a poner la fotografía en el baúl. Él sacudió la cabeza, como si pudiera limpiarla de recuerdos. Había una razón por la que él rara vez abría el baúl. Los recuerdos le pesaban, le recordaban lo que él había tenido una vez pero ya no. Jem, Will, Jessamine, Henry, Charlotte -de una manera que era increíble que aún recordara sus nombres. Pero conocerles había cambiado su vida. Conocer a Will y sus amigos había hecho a Magnus jurarse a sí mismo que nunca volvería a involucrarse en asuntos personales de Cazadores de Sombras. Porque cuando te preocupas por mortales, ellos te rompen el corazón.
"Y no lo haré", dijo a Presidente Miau solemnemente, tal vez un poco borracho. "No me importa lo encantador que sean o lo valientes o que tan indefensos parezcan, nunca nunca nunca no lo haré -" En la planta baja, el timbre sonó, y Magnus se levantó a contestar.
Merged review:
What the hell can I say? No, I mean it. Tell me what to say, because I don't know!
Cassandra Clare knows how to please her fans, I really LOVED this! A little view into Jace's mind <3
Besé tus labios y te rompí el corazón
Escena del Invernadero desde el Punto de Vista de Jace
Traducida y publicada por: The Mortal Instruments News
Jace deja su cuchillo. Es una navaja pequeña y prolija, con el mango de hueso, que Alec le dio cuando se convirtieron en parabatai. La usa constantemente y el agarre se está desgastando por la presión de su mano.
"Medianoche," dice él. Puede sentir a Clary a su lado, su respiración suave en el frío, el olor a hojas del invernadero. Él no se fija en ella, sino que mira hacia adelante, en los brotes brillantes de la planta de medianoche. No está seguro de por qué no quiere mirarla. Recuerda la primera vez que vio el florecimiento de las flores, durante la clase de horticultura, sentado en un banco de piedra con Alec e Izzy a cada lado de él, y los dedos de Hodge en el tallo de la flor - los había despertado cerca de la medianoche para mostrarles esa maravilla, una planta que normalmente crece sólo en Idris - y recordé el aliento de la captura en el aire de la medianoche invernal, a la vista de algo tan sorprendente y tan hermoso.
Alec e Isabelle han estado interesados, pero no, recuerda, atrapado por la belleza que había sido. Le preocupa, incluso ahora, cuando las campanas repican, en que Clary sea igual: interesada o complacida, incluso, pero no encantada. Él quiere que ella siente lo que hay sobre la medianoche, aunque no sabría decir por qué.
Un sonido escapa de su boca, un suave "¡Oh!" La flor está floreciendo: abriéndose como el nacimiento de una estrella, todo el polen brillante y pétalos de oro blanco. "¿Florecen todas las noches?"
Una oleada de alivio lo inunda. Sus ojos verdes brillantes, fijos en él. Ella flexiona los dedos inconscientemente, la forma en que ha llegado a comprender que hace cuando está deseando tener un bolígrafo o un lápiz para capturar la imagen de algo delante de ella. A veces desearía poder ver como ella: ver el mundo como un lienzo para ser capturado en la pintura, tizas y acuarelas. A veces, cuando ella lo mira de esa manera él se encuentra casi ruborizándose, una sensación tan extraña que casi no se reconoce. Jace Wayland no se ruboriza.
"Feliz cumpleaños, Fray Clarissa", dice, y su boca se curva en una sonrisa. "Tengo algo para ti." Hurga, un poco, alcanzando en el bolsillo, aunque no cree que ella se de cuenta. Cuando presiona la piedra de luz mágica en su mano, él es consciente de lo pequeños que son sus dedos - delicados pero fuertes, callosos de horas de aguantar lápices y pinceles. Los callos le hacen cosquillas en sus dedos. Se pregunta si el contacto con su piel le acelera el pulso a ella de la forma en que lo hace hace cuando ella le toca.
Aparentemente no, porque se aleja de él con una expresión que muestra curiosidad solamente. "Sabes, cuando la mayoría de las chicas dicen que quieren un pedrusco, no quieren decir, sabes, literalmente, un pedrusco."
Él sonríe sin querer. Lo cuál es inusual en él mismo, por lo general solo Alec e Isabelle pueden hacerle reír. Sabía que Clary era muy valiente la primera ver la que conoció - caminando en esa habitación después de Isabelle sin armas y sin preparar, tuvo el tipo de valor que no asocian con los mundanos, pero el echo de que ella lo hizo reír aún le sorprende más. "Muy divertido, mi sarcástica amiga. No es una pierda, precisamente. Todos los Cazadores de sombras tienen una luz mágica. Que te traerá la luz, incluso entre las sombras más oscuras de este mundo y de los demás." Eran las mismas palabras que su padre había hablado con él, al darle su primera piedra mágica. ¿Qué otros mundos? Jace le había pedido, y su padre se había reído solamente. Hay más mundos a un suspiro de distancia de éste que granos de arena en una playa.
Ella le sonríe y hace una broma sobre los regalos de cumpleaños, pero él siente que ella se emociona, se desliza la piedra en el bolsillo con cuidado. La flor medianoche ya está derramando sus pétalos como una lluvia de estrellas, iluminando su cara con una iluminación suave. "Cuando tenía doce años, quería un tatuaje", dice. Un mechón de pelo rojo cae sobre sus ojos, Jace enfrenta a la necesidad de extender la mano y quitarlo hacia atrás.
"La mayoría de Cazadores de Sombras consiguen sus primeras marcas a los doce años. Debe haber sido tu sangre. "
"Tal vez. Aunque dudo que la mayoría de los Cazadores de Sombras se hace un tatuaje de Donatello de las Tortugas Ninja Mutantes en su hombro izquierdo." Ella sonríe, de esa manera que hace cuando dice cosas que son totalmente inexplicables para él, como si las estuviera recordando con cariño. Le llega una punzada de celos por sus venas, aunque no está seguro de lo que está celoso. Simon, quién entiende sus referencias del mundo mundano y Jace no puede ser parte él. El mundo mundano en sí al que ella podría volver algún día, dejandole a él y a su universo de demonios y cazadores, las cicatrices y la batalla, ¿con gratitud por detrás?
Se aclara la garganta. "¿Querías una tortuga en el hombro?"
Ella asiente con la cabeza, y su cabello se cae fuera lugar. "Quería cubrir mi cicatriz de viruela." Quita una tira de la camiseta a un lado. "¿Ves?"
Y lo ve: hay algún tipo de marca en el hombro, una cicatriz, pero ve
Spoiler
Las Marcas en su piel cuentan la historia de su vida. Jace Wayland ha estado siempre orgulloso de ellas. Algunos de los otros jóvenes de la Clave no les gustaban las desfigurantes letras negras, no les gustaba aguantar el dolor de la estela dónde esta cortaba la piel, no les gustaban las pesadillas que venían después de que runas demasiado poderosas hayan sido incrustadas en la carne de alguien no preparado. Jace no tiene simpatía para ellos. Es su propia falta que no sean lo suficientemente fuertes.Él siempre ha sido fuerte. Ha tenido que serlo. La mayor parte de los chicos reciben sus primeras Marcas cuando tienen 15 años. Alec había tenido 13, y eso ya era muy joven. Jace había tenido 9. Su padre le había puesto las marcas en su piel con una estela hecha de marfil tallado. Las runas habían escrito su verdadero nombre, y otras cosas además. "Ahora eres un hombre," había dicho su padre. Esa noche Jace soñó con ciudades hechas de oro y sangre, de altas torres de hueso agudas como astillas. Tenía casi 10 años y nunca había visto una ciudad.
Ése invierno su padre lo llevó a Manhattan por primera vez. El pavimento duro era inmundo, los edificios creciendo demasiado juntos, pero las luces eran brillantes y bonitas. Y las calles estaban llenas de monstruos. Jace solo los había visto antes en los manuales de instrucción de su padre. Vampiros con sus galas, blancas caras muertas como el papel. Licántropos con sus demasiado afilados dientes y su olor a lobo. Brujos con sus ojos de gato y orejas puntiagudas, a veces una cola bifurcada que sobresale de sus elegantes abrigos de terciopelo.
"Monstruos," había dicho su padre, con disgusto. Su boca curvada en las esquinas. "Pero ellos sangran rojo como los hombres hacen cuando los matas."
"¿Qué hay sobre los demonios? ¿Sangran rojo?"
"Algunos lo hacen. Algunos sangran fino como veneno verde, y otros sangran plateado o negro. Tengo una marca aquí de un demonio que sangró ácido color zafiro."
Jace miró con asombro la marca de su padre. "¿Y has matado a muchos demonios?"
"Sí," dijo su padre. "Y algún día, tu también lo harás. Has nacido para matar demonios, Jace. Está en tus huesos."
Habían pasado años hasta que Jace vio un demonio por primera vez, y por entonces su padre ya hacía algunos años que había muerto. Puso a un lado su camiseta ahora y miró la marca dónde ése primer demonio le había clavado las garras. Cuatro mascas de garras paralelas que corren de su esternón a su hombro, dónde su madre le había puesto las runas que le harían rápido y fuerte, y le esconderían de los ojos de los mundanos. Rápido como el viento, fuerte como la tierra, silencioso como el bosque, invisible como el agua.
Jace pensó en la chica de su sueño, la que tenía el pelo escarlata trenzado. En el sueño, él no había sido invisible para ella. Le había mirado a él con más que conocimiento; había habido reconocimiento en sus ojos, como si él le fuera familiar a ella. ¿Pero cómo podía una chica humana ver a través de su glamour?
Se había levantado con escalofríos, frío como si su piel hubiera sido arrancada a trizas. Era aterrador sentirse tan vulnerable, más aterrador que cualquier demonio. Tendría que pedirle a Hodge sobre runas para protección contra pesadillas por la mañana. A lo mejor habría algo sobre eso en uno de sus libros.
Pero no había tiempo ahora. Ha habido informes de actividad oscura en un club en el centro, cuerpos humanos encontrados flácidos y drenados así como el sol salía. Jace se encogió de hombros en su chaqueta, revisó sus armas, marcó ligeramente con Marcas sobre la ropa y metal. Marcas que ningún ojo humano podría ver -- y estaba contento, pensando en la chica de su sueño, la manera en que le había mirado, como si él no fuera diferente a ella. Despojado de su magia, las marcas en su cuerpo no eran más que marcas, después de todo, de no más poder que las heridas en su muñeca y pecho, o la marca profunda justo encina de su corazón dónde el asesino de su padre le había apuñalado cuando tenía 10 años.
"¡Jace!"
El sonido de su nombre le sacó de su ensoñación. Le habían llamado desde el pasillo, Alec e Isabelle, impacientes, hambrientos de caza y muerte. Alejando los pensamientos de pesadillas de su pente, Jace se unió a ellos.
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Promesa de Magnus
Spoiler
Magnus Bane estaba en el suelo de su apartamento de Brooklyn, mirando hacia el techo al descubierto. El suelo estaba ligeramente pegajoso, al igual que casi todo lo demás en el apartamento. Vino de hadas derramado mezclado con sangre en el piso, corriendo en riachuelos a través de la duela astilladas. El bar, que había sido una puerta puesta sobre dos abolladas latas metálicas de basura, había quedado destruida en algún momento durante la noche durante una animada pelea entre un vampiro y Bat, uno de la manada de hombres lobo del centro de la ciudad. Magnus se sintió satisfecho. No era una buena fiesta a menos que algo se rompiera. Suaves pasos acolchados a través del suelo hacia él y luego algo se arrastró sobre su pecho: algo pequeño, suave y pesado. Levantó la vista y se encontró mirando fijamente a un par de ojos verde-oro que hacían juego con los suyos. Presidente Miau. Él acarició al gato, que amasó sus garras felizmente en la camisa de Magnus. Un poco de serpentina cayó del techo y aterrizó sobre los dos, causando que Presidente Miau saltara hacia un lado.Con un bostezo, Magnus se sentó. Por lo general se sentía así después de una fiesta - cansado, pero también demasiado alterado como para dormir. Su mente estaba tarareando sobre los acontecimientos de la noche, pero al igual que un cd rayado, volvía al mismo punto y se quedaba girando allí, enviando sus memorias en un torbellino. Aquellos niños cazadores de sombras. Él no se había sorprendido de que Clarissa finalmente lo había atrapado: él sabia que los hechizos de bloqueo de memoria provisionales, de Jocelyn; no iban a funcionar para siempre. Él se lo había dicho un montón, pero ella había estado decidida a proteger a la niña todo el tiempo que pudiera. Ahora que él la había conocido, consciente y alerta, él se preguntaba si ella realmente había necesitado toda aquella protección. Ella era fogosa, impulsiva, valiente - y afortunada, como su madre. Eso, si uno cree en la suerte. Pero algo debe haberla llevado a los Cazadores de Sombras del instituto, posiblemente los únicos que podían protegerla de Valentine. Una lástima que Maryse y Robert se hubieran ido. Él había tratado con Maryse más de una vez, pero habían pasado años desde que él había visto la generación más joven. Él tenía un vago recuerdo visitando a Maryse y a Hodge, y que allí estaban dos niños en el pasillo, cerca de unos once años de edad, luchando uno al lado del otro con inofensivos modelos de cuchillos serafín. Una niña con el pelo negro en dos trenzas había estado observándolos y quejándose ruidosamente por no ser incluida. Él había tomado muy poca nota de ellos al momento. Pero ahora, verlos le había sacudido, especialmente los niños, Jace y Alec. Cuando tienes tantos recuerdos, a veces es difícil identificar el exacto que quieres, como hojear un libro de diez mil páginas para encontrar el párrafo correcto. Esta vez, sin embargo, él lo supo.Se arrastró por el piso astillado y se arrodilló para abrir la puerta cerrada. En el interior, empujó a un lado la ropa y varios paquetes y pociones, sintiendo a lo largo de las paredes buscando lo que él quería. Cuando salió, tosiendo por las bolas de polvo, él estaba arrastrando un baúl de madera de un tamaño decente. Aunque había vivido mucho tiempo, él tendía a viajar con poco peso: para guardar muy pocos recuerdos de su pasado. Él sentía que solo pasar tanto tiempo mirando hacia atrás, de alguna manera le pesaría. Hacía tanto tiempo desde que había abierto el baúl, que se abrió con un chirrido de bisagras que envió a Presidente Miau a deslizarse debajo del sofá, con su cola inquieta. El montón de objetos en el interior el baúl parecía el tesoro de un dragón fastidioso. Algunos de los objetos brillaban con metales y piedras preciosas-Magnus sacó una antigua tabaquera con las iniciales WS grabadas sobre la parte superior en rubíes parpadeantes y sonrió ante el mal gusto de la cosa, y también por los recuerdos que evocaba. Los otros parecían nada especial: una desteñida, cinta de seda de color crema que había sido de Camille; una caja de fósforos del Club de la Nube con las palabras "Yo se lo que eres" escrito en la cubierta interior por la mano de una dama; una quintilla firmada OFOWW; un pedazo medio quemado de papel de escribir del club de Hong Kong, un lugar que le había sido prohibido, no por ser un brujo, pero por no ser blanco. Él tocó un pedazo de soga trenzada casi en el fondo del montón, y pensó en su madre. Ella había sido la hija de un hombre colonial holandés y una mujer indonesia que había muerto al dar a luz y cuyo nombre Magnus nunca había conocido. Estaba casi en el fondo del baúl cuando encontró lo que estaba buscando y lo sacó, entrecerrando los ojos: una fotografía de papel negro y blanco montado en cartón duro. Un objeto que realmente no debería haber existido, y no si Henry no se hubiera obsesionado con la fotografía. Magnus podría imaginárselo ahora, agachándose dentro y fuera por debajo de la capucha del fotógrafo, corriendo con las placas húmedas hacia el cuarto oscuro que él había creado en la cripta para revelar la película, gritandole a sus sujetos fotográficos que debían permanecer quietos. Esos eran los días en que a fin de fotografiarse, debían permanecer quietos por minutos cada vez. Nada fácil pensó Magnus, la esquina de su boca alzándose, por el equipo del Instituto de Londres. Estaba Charlotte, su pelo oscuro recogido en un moño práctico. Ella estaba sonriendo, pero con ansiedad, como entrecerrando los ojos por el sol. A su lado estaba Jessamine en un vestido que parecía negro en la foto, pero que Magnus sabía que había sido de color azul oscuro. Tenía el pelo rizado y cintas de serpentinas caían desde el ala de su sombrero de paja. Ella se veía muy bonita, pero no como Isabelle: una niña de su misma edad que amaba ser cazadora de sombras, mostraría sus moretones y cicatrices de sus marcas como si fueran joyas, en lugar de esconderse con encaje de Malinas. Al otro lado de Charlotte estaba Jem, pareciendo un negativo fotográfico él mismo con el pelo plateado y los ojos vueltos casi blancos; su mano descansaba en su dragón de jade con cubierta de caña, y su rostro estaba vuelto hacia Tessa.Tessa -Su sombrero estaba en su mano y sus largos rizos castaños volaban libres, ligeramente borrosos por su movimiento. Había un débil halo de luz alrededor de Will: como correspondía a su naturaleza y no habría sorprendido a nadie que lo conociera, él no había sido capaz de quedarse quieto para la foto. Como siempre, estaba sin sombrero, su pelo negro rizado en las sienes. Era una pérdida no ser capaz de ver el color de sus ojos, pero todavía era hermoso y joven y un poco de aspecto vulnerable en la fotografía, con una mano en su bolsillo y la otra detrás de su cuello. Había pasado mucho tiempo desde que Magnus había mirado la fotografía que el parecido entre Will y Jace lo golpeó de repente. Aunque era Alec quién tenía ese pelo negro y aquellos ojos -ese mismo sorprendente color azul oscuro- era Jace el que tenía más de la personalidad de Will. Al menos en la superficie -la misma arrogancia aguda que oculta algo frágil debajo, el mismo ingenio agudo... Trazó el halo de luz alrededor de Will con un dedo y sonrió. Will no había sido ningún ángel, aunque tampoco había sido tan deficiente como muchos pensaban. Cuando Magnus pensaba en Will, incluso ahora, pensaba en él goteando agua de lluvia en la alfombra de Camille, suplicando a Magnus por ayuda que nadie más podía darle. Fue Will el que le había presentado a la idea de que cazadores de sombras y Submundos podría ser amigos. Jem fue de Will, la mejor mitad. Él y Will habían sido parabatai, al igual que Alec y Jace, y compartían esa misma evidente cercanía. Y Alec y Jem eran ambos inusuales en lo que a Cazadores de Sombras concernía, Alec había golpeado a Magnus de un modo en nada parecido a Jem- Alec era nervioso y dulce, sensible y preocupado, mientras que Jem había sido tranquilo, y rara vez se molestaba, más viejo que sus años- Alec emanaba una inocencia profunda hasta la médula; que era rara entre los cazadores de sombras- una cualidad que, Magnus tuvo que admitir, lo atrajo como una polilla a una flama, a pesar de todo su propio cinismo. Magnus miró a Tessa de nuevo. Pensó que ella no fue convencionalmente bonita en la forma en que Jessamine había sido bonita, su rostro estaba vivo con energía e inteligencia. Sus labios se curvaban en las esquinas. Ella estaba de pie, como Magnus suponía era apropiado, entre Jem y Will. Tessa. Tessa, quien como Magnus, vivía para siempre. Magnus miró los restos en la caja de los recuerdos de amor del pasado, algunas de cuyas caras se quedaron con él tan claramente como el día que las había visto por primera vez, y algunos cuyo nombre apenas recordaba. Tessa, que como él, había amado a un mortal, alguien destinado a morir de un modo en que ella no lo estaba. Magnus volvió a poner la fotografía en el baúl. Él sacudió la cabeza, como si pudiera limpiarla de recuerdos. Había una razón por la que él rara vez abría el baúl. Los recuerdos le pesaban, le recordaban lo que él había tenido una vez pero ya no. Jem, Will, Jessamine, Henry, Charlotte -de una manera que era increíble que aún recordara sus nombres. Pero conocerles había cambiado su vida. Conocer a Will y sus amigos había hecho a Magnus jurarse a sí mismo que nunca volvería a involucrarse en asuntos personales de Cazadores de Sombras. Porque cuando te preocupas por mortales, ellos te rompen el corazón.
"Y no lo haré", dijo a Presidente Miau solemnemente, tal vez un poco borracho. "No me importa lo encantador que sean o lo valientes o que tan indefensos parezcan, nunca nunca nunca no lo haré -" En la planta baja, el timbre sonó, y Magnus se levantó a contestar.
Merged review:
What the hell can I say? No, I mean it. Tell me what to say, because I don't know!
Cassandra Clare knows how to please her fans, I really LOVED this! A little view into Jace's mind <3
Besé tus labios y te rompí el corazón
Escena del Invernadero desde el Punto de Vista de Jace
Traducida y publicada por: The Mortal Instruments News
Spoiler
La campana del Instituto empieza a sonar, el profundo latido de corazón de la cumbre de la noche.Jace deja su cuchillo. Es una navaja pequeña y prolija, con el mango de hueso, que Alec le dio cuando se convirtieron en parabatai. La usa constantemente y el agarre se está desgastando por la presión de su mano.
"Medianoche," dice él. Puede sentir a Clary a su lado, su respiración suave en el frío, el olor a hojas del invernadero. Él no se fija en ella, sino que mira hacia adelante, en los brotes brillantes de la planta de medianoche. No está seguro de por qué no quiere mirarla. Recuerda la primera vez que vio el florecimiento de las flores, durante la clase de horticultura, sentado en un banco de piedra con Alec e Izzy a cada lado de él, y los dedos de Hodge en el tallo de la flor - los había despertado cerca de la medianoche para mostrarles esa maravilla, una planta que normalmente crece sólo en Idris - y recordé el aliento de la captura en el aire de la medianoche invernal, a la vista de algo tan sorprendente y tan hermoso.
Alec e Isabelle han estado interesados, pero no, recuerda, atrapado por la belleza que había sido. Le preocupa, incluso ahora, cuando las campanas repican, en que Clary sea igual: interesada o complacida, incluso, pero no encantada. Él quiere que ella siente lo que hay sobre la medianoche, aunque no sabría decir por qué.
Un sonido escapa de su boca, un suave "¡Oh!" La flor está floreciendo: abriéndose como el nacimiento de una estrella, todo el polen brillante y pétalos de oro blanco. "¿Florecen todas las noches?"
Una oleada de alivio lo inunda. Sus ojos verdes brillantes, fijos en él. Ella flexiona los dedos inconscientemente, la forma en que ha llegado a comprender que hace cuando está deseando tener un bolígrafo o un lápiz para capturar la imagen de algo delante de ella. A veces desearía poder ver como ella: ver el mundo como un lienzo para ser capturado en la pintura, tizas y acuarelas. A veces, cuando ella lo mira de esa manera él se encuentra casi ruborizándose, una sensación tan extraña que casi no se reconoce. Jace Wayland no se ruboriza.
"Feliz cumpleaños, Fray Clarissa", dice, y su boca se curva en una sonrisa. "Tengo algo para ti." Hurga, un poco, alcanzando en el bolsillo, aunque no cree que ella se de cuenta. Cuando presiona la piedra de luz mágica en su mano, él es consciente de lo pequeños que son sus dedos - delicados pero fuertes, callosos de horas de aguantar lápices y pinceles. Los callos le hacen cosquillas en sus dedos. Se pregunta si el contacto con su piel le acelera el pulso a ella de la forma en que lo hace hace cuando ella le toca.
Aparentemente no, porque se aleja de él con una expresión que muestra curiosidad solamente. "Sabes, cuando la mayoría de las chicas dicen que quieren un pedrusco, no quieren decir, sabes, literalmente, un pedrusco."
Él sonríe sin querer. Lo cuál es inusual en él mismo, por lo general solo Alec e Isabelle pueden hacerle reír. Sabía que Clary era muy valiente la primera ver la que conoció - caminando en esa habitación después de Isabelle sin armas y sin preparar, tuvo el tipo de valor que no asocian con los mundanos, pero el echo de que ella lo hizo reír aún le sorprende más. "Muy divertido, mi sarcástica amiga. No es una pierda, precisamente. Todos los Cazadores de sombras tienen una luz mágica. Que te traerá la luz, incluso entre las sombras más oscuras de este mundo y de los demás." Eran las mismas palabras que su padre había hablado con él, al darle su primera piedra mágica. ¿Qué otros mundos? Jace le había pedido, y su padre se había reído solamente. Hay más mundos a un suspiro de distancia de éste que granos de arena en una playa.
Ella le sonríe y hace una broma sobre los regalos de cumpleaños, pero él siente que ella se emociona, se desliza la piedra en el bolsillo con cuidado. La flor medianoche ya está derramando sus pétalos como una lluvia de estrellas, iluminando su cara con una iluminación suave. "Cuando tenía doce años, quería un tatuaje", dice. Un mechón de pelo rojo cae sobre sus ojos, Jace enfrenta a la necesidad de extender la mano y quitarlo hacia atrás.
"La mayoría de Cazadores de Sombras consiguen sus primeras marcas a los doce años. Debe haber sido tu sangre. "
"Tal vez. Aunque dudo que la mayoría de los Cazadores de Sombras se hace un tatuaje de Donatello de las Tortugas Ninja Mutantes en su hombro izquierdo." Ella sonríe, de esa manera que hace cuando dice cosas que son totalmente inexplicables para él, como si las estuviera recordando con cariño. Le llega una punzada de celos por sus venas, aunque no está seguro de lo que está celoso. Simon, quién entiende sus referencias del mundo mundano y Jace no puede ser parte él. El mundo mundano en sí al que ella podría volver algún día, dejandole a él y a su universo de demonios y cazadores, las cicatrices y la batalla, ¿con gratitud por detrás?
Se aclara la garganta. "¿Querías una tortuga en el hombro?"
Ella asiente con la cabeza, y su cabello se cae fuera lugar. "Quería cubrir mi cicatriz de viruela." Quita una tira de la camiseta a un lado. "¿Ves?"
Y lo ve: hay algún tipo de marca en el hombro, una cicatriz, pero ve
anelia93's review against another edition
2.0
Не бих казала, че ми хареса особено. Четеше се бързо и лесно, но мисля, че съм надраснала историята. По-скоро е ориентирана към тийн аудиторията. Виждам много общо с Хари Потър и не мога да преценя дали ми прави добро или лошо впечатление. Сякаш твърде много е откраднато и липсва оригиналност.