Reviews

Mort Cinder by Héctor Germán Oesterheld, Alberto Breccia

jekutree's review against another edition

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4.0

Loved this. Crazy how ahead of it’s time this looks and reads. HGO’s Eternaut is also really ahead of it’s time, but Breccia is one of the best comics artists I’ve ever had the pleasure of reading.

punt11's review

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adventurous dark informative mysterious medium-paced

4.25

al_capwned's review against another edition

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5.0

Incredible artwork and a story (stories?) that works in many levels, reflects the different influences of the creators and can have different interpretations.

zerobot's review

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adventurous challenging dark emotional hopeful mysterious reflective medium-paced
  • Plot- or character-driven? Plot
  • Strong character development? No
  • Loveable characters? Yes

4.5

robin_dh's review against another edition

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challenging mysterious reflective sad tense slow-paced
  • Plot- or character-driven? Character
  • Strong character development? Yes
  • Loveable characters? It's complicated
  • Diverse cast of characters? Yes
  • Flaws of characters a main focus? Yes

4.5

Breccia's art is some of if not the best in comics and Oesterheld weaves a dense plot chock full of intricacies and symbolism/visual motif. Perfect production aside from a sometimes clunky translation and some missing title panels: the pages look like original art! 

nycterisberna's review against another edition

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4.0

Acorde con el personaje principal, en los primeros números de Mort Cinder, publicados en la revista argentina Misterix (número 715, agosto de 1962) no vemos su rostro. El que sí aparece es Ezra Winston (de semblante muy parecido a Jorge Luis Borges, tónica constante en Breccia, quien luego lo hace aparecer en Perramus, donde le otorga por fin el Nobel), anticuario inglés que vive una extraña aventura luego de comprar un anillo egipcio. Breccia aun no tenía la imagen de Mort en mente, la que luego plasmaría en la figura de Horacio Lalia (futbolista argentino y luego curiosamente dibujante de historietas) utilizando además el perfil de otro personaje de Oesterheld, también dibujado por él: Sherlock Time).

Esta es quizás la mejor obra de ambos artistas, ambos en el mejor período de su carrera: Oesterheld (1919- desaparecido por la dictadura argentina en 1977), autor de cómics y personajes ya clásicos como El Eternauta, el citado Sherlock Time, Ernie Pike y el Sargento Kirk yBreccia (1919 – 1993) con trabajos, como una famosa adaptación de los Mitos de Cthulhu (1975), una versión parodia de Drácula: “Drácula, dracul, vlad? Bah…” (1984), Perramus (1984) que obtuvo el premio Amnesty y la adaptación de Informe sobre Ciegos (1991), del episodio homónimo del libro Sobre héroes y Tumbas de Ernesto Sabato.

Mort Cinder se transforma a cada número en una serie poco común, gracias al humanismo y la complejidad moral que imprimía en sus personajes y tramas Oesterheld y el grafismo particularisimo de Breccia. En la primera aventura, que parece en principio la clásica historia del científico loco de rigor y sus ayudantes, quienes persiguen al fenómeno de turno para conseguir su secreto, el fenómeno se nos presenta como un taciturno condenado a muerte que sin embargo no puede morir, quien es ayudado por un anticuario que lo apoya sencillamente porque todos los hilos de la historia lo han llevado a esa situación (gracias a unas siniestras arañas negras que ve en todas partes)… aun así, todos los clichés del género adquieren de pronto una nueva dimensión… los ayudantes del científico loco son dibujados magníficamente por Breccia siguiendo la aterrada descripción de Ezra: “ojos de plomo” y los dos personajes principales, Ezra y Mort, quienes vendrían a ser una suerte de pareja dispareja, a lo Sherlock y Watson, no se transforman en el centro de la trama, sino que aparecen como meros espectadores de episodios de la historia de la humanidad, que Mort revive continuamente, gracias al encuentro de algún artefacto antiguo de la tienda de Ezra o por alguna situación que los involucra a ambos.

Nunca se aclara en toda la serie porqué Mort no muere, y sencillamente ni siquiera es necesario, sin embargo según Oesterheld: Mort Cinder, vendría siendo “la muerte que no termina de serlo, un héroe que muere y resucita”. Lo que importa no es el porqué, sino el cómo. Ya sea en la Primera Guerra Mundial, en la construcción de la Torre de Babel o en la fuga desde una cárcel de Oklahoma, en 1925, Mort está siempre del lado de los fracasados, de los perdedores, de los que se juegan el todo por el todo en un único golpe de suerte y fallan. No resulta menor que Mort generalmente vista traje de presidiario o esclavo, es siempre una herramienta de poderes más altos.

En la trata de esclavos negros, ayudando a un desesperado arqueólogo a encontrar una perdida princesa egipcia y finalmente, como soldado espartano en la batalla de las Termópilas, (comic en el cual se basó directamente Frank Miller para realizar su famoso “300”), Mort continua fiel a su esencia, inalterable durante todo el cómic, ajeno a los engaños y manipulaciones humanas, observando el eterno cambio que sencillamente trae más de lo mismo, al pasado muerto que alcanza al presente fundiéndose en un extraño lazo…“¿Está el pasado tan muerto como pensamos?” es la primera pregunta de Ezra dirigida a los lectores que prefigura la aparición de Mort. Viaje notable donde un cómic que comienza como una sencilla serie de aventuras termina siendo el vehículo adecuado para todo los monólogos, llenos de humanismo pero no moralejas, que tanto se agradecen en los comics de Oesterheld. Si a eso le sumamos un Alberto Breccia, absolutamente inspirado, con un uso de luces y sombras notable y que con dos trazos es capaz de dotar a los personajes de toda una gama de expresiones faciales, Mort Cinder merece con justa razón el apelativo de “clásico”.
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