A review by little_raven
El placer by Gabriele D'Annunzio

3.0

Gabriele D'Annunzio es un escritor italiano de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Más conocido por su producción en verso (y por su carrera político-militar: el tipo hasta fundó su propio estado), sus novelas no obstante han sido elogiadas por grandes valores de la literatura, como ser James Joyce o Marcel Proust.

En Il Piacere, D'Annunzio usa las aventuras amorosas del conde Andrea Spirelli como excusa para introducir el tema del placer contra lo moral. Estos conceptos se ven encarnados en los dos roles femeninos principales, Elena y María respectivamente. Y ahí tenemos a nuestro aristócrata amigo, quien a pesar de sus atisbos de nobleza, se empeña en poner al disfrute como el be-all and end-all de su vida. Esta tendencia se da no solo en asuntos del amor, sino que como buen esteta, subordina todo lo demás a esa idea, lo que lo lleva a sumirse en una decadencia tanto física como espiritual.

Si tuviera que elegir un rasgo a destacar de esta novela, sería lo voluptuosa de la pluma de D'Annunzio en todo lo relacionado a lo sensual (entendido como lo relativo a los sentidos). Por ejemplo, al hablar de un paisaje o un cuadro, apenas que se lo describe; se trata más de expresar lo que evoca la imagen en sí en la mente humana y a lo que puede llevar. En ese sentido, más de una vez hizo que me detuviese por un segundo y dijese, "guau". También me parecen muy interesantes las referencias a la música y al arte clásico, así como la sorpresa que representó su orientalismo: su gusto por el ukiyo-e, sus conocimientos sobre hinduismo y una gran metáfora del Buda con la que cierra uno de los episodios.

De todos modos, no todo fueron rosas. Gran parte de la primera mitad del libro, en la que se cuenta la relación pasada con Elena, se identifica mucho más con el género romántico, y se me hizo bastante largo. Tal vez sea por mi poco apego a ese tipo de historia de salón de baile señorial; o por haber venido de una lectura con un setting similar. Aún así, me parece que este título hace méritos suficientes como para ser considerado en el panteón de los clásicos; es casi criminal que hayan pasado más de veinte años desde la última edición en nuestro idioma, ni hablar en Argentina.