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A review by otapavel
The Member of the Wedding by Carson McCullers
dark
mysterious
reflective
slow-paced
- Plot- or character-driven? Character
- Strong character development? Yes
- Loveable characters? Yes
- Diverse cast of characters? Yes
- Flaws of characters a main focus? Yes
4.0
Tomemos una frase del hablar popular: "Cada persona es un mundo". Si cada escritor y escritora de la historia tuviera que partir de este aforismo para construir una historia (sí, ya sé que el impulso creativo no funciona así, pero esto es una hipótesis, ¿vale?), saldrían mil historias diferentes, aunque estoy seguro de que muchas tratarían sobre la soledad.
Creo que Carson McCullers tomaría el aforismo y le añadiría un adjetivo: "Cada persona es un mundo privado (e irreconciliable con el resto). En el caso de Frankie, la protagonista, el libro arranca tal que así:
Sucedió aquel verde y loco verano, cuando Frankie tenía doce años. Un verano en el que ella no había pertenecido a nada. No había pertenecido a ningún club ni a nada en este mundo.
El resto del libro trata sobre eso, el no pertenecer. Es decir, es un tratado acerca de la adolescencia, y la adolescencia, según Carson, consiste en no pertenecer ni comprender el mundo, habitándolo en un exilio interior.
Normalmente esta clase de personajes adolescentes pasan por esta secuencia: 1. Situación inicial-2. Deseo de cambio-3. Viaje que suscita el cambio. Lo que me gusta de esta novela es que McCullers se salta a la torera el manual del coming of age, porque Frankie se explica a sí misma como una persona que ya ha cambiado, que ya ha llevado a cabo su revolución interior, y que escapar de su casa con su hermano mayor después de la boda, en este caso, es solo un trámite que confirma todo esto.
Hacía tiempo que no veía tan bien retratados los castillos de arena en los que creemos habitar cuando nuestra personalidad y nuestras ideas del mundo están todavía formándose, y cómo la madurez consiste en derribar esos castillos y pisar el suelo real. Conociendo a Carson McCullers, esperaba un poco más de desazón ante este descubrimiento, pero por suerte deja un resquicio de alivio: pisar suelo real conduce a una especie de felicidad que no es alcanzable desde los castillos de arena.
Creo que Carson McCullers tomaría el aforismo y le añadiría un adjetivo: "Cada persona es un mundo privado (e irreconciliable con el resto). En el caso de Frankie, la protagonista, el libro arranca tal que así:
Sucedió aquel verde y loco verano, cuando Frankie tenía doce años. Un verano en el que ella no había pertenecido a nada. No había pertenecido a ningún club ni a nada en este mundo.
El resto del libro trata sobre eso, el no pertenecer. Es decir, es un tratado acerca de la adolescencia, y la adolescencia, según Carson, consiste en no pertenecer ni comprender el mundo, habitándolo en un exilio interior.
Normalmente esta clase de personajes adolescentes pasan por esta secuencia: 1. Situación inicial-2. Deseo de cambio-3. Viaje que suscita el cambio. Lo que me gusta de esta novela es que McCullers se salta a la torera el manual del coming of age, porque Frankie se explica a sí misma como una persona que ya ha cambiado, que ya ha llevado a cabo su revolución interior, y que escapar de su casa con su hermano mayor después de la boda, en este caso, es solo un trámite que confirma todo esto.
Hacía tiempo que no veía tan bien retratados los castillos de arena en los que creemos habitar cuando nuestra personalidad y nuestras ideas del mundo están todavía formándose, y cómo la madurez consiste en derribar esos castillos y pisar el suelo real. Conociendo a Carson McCullers, esperaba un poco más de desazón ante este descubrimiento, pero por suerte deja un resquicio de alivio: pisar suelo real conduce a una especie de felicidad que no es alcanzable desde los castillos de arena.