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A review by nazaalopz
El Paraíso en la otra esquina by Natasha Wimmer, Mario Vargas Llosa
4.0
No podría empezar a escribir algo sobre este libro sin contar como llegó a mis manos.
Estaba sentada en aquel sillón rojo, mientras tomaba un trago, ¿era tequila o ginebra?, y hablaba sobre la relación de la mujer en la sociedad, sobre sus casos familiares específicos, sobre mi experiencia propia y sin saber como aquellos dos hermanos tan distintos uno del otro, acordaron que debía leer este libro. Eran tres ediciones, escogieron la más bonita y me la dieron.
El Paraíso en la otra esquina, primera página y ya una frase me hizo cuestionarme “¿Qué sería, pues, de nosotros, sin la ayuda de lo que no existe?” - Paul Valéry, breve epístola sobre el mito. ¿Qué no existe dios, el mito, el amor o el paraíso?
Fue interesante leer este libro, porque constantemente me preguntaban mi opinión, hablé mucho sobre el, por lo cual era un fin inevitable que me tomara una tarde para escribir y plasmar esto.
Quiero decir primero lo malo, si es que puede llamarse así, pues sí. Mario Vargas Llosa se atreve a escribir este libro retratando parte de la vida de Flora Tristán, quien es considerada pionera feminista, de una forma misógina innegable.
“Pese a todo lo que habías aprendido en materia de injusticia, todavía eras una ignorante cuando escribiste las Peregrinaciones de una paria”.
Intenté buscar en blogs, acá en goodreads, una crítica que hubiera notado lo mismo que yo, pero esta fue inexistente. ¿Era este lenguaje machista demasiado imperceptible? ¿Estaba disfrazado en un libro donde la protagonista mujer tiene el mismo número de capítulos que el protagonista hombre, su nieto?
Simplemente no había razón, fueron demasiadas las veces que leí sobre las faltas ortográficas de Florita, sobre lo inculta que era, sobre lo poco que había leído. Me preguntaba: si el formador de la unión obrera hubiese sido un hombre hubiera importado esto. ¿Acaso Llosa contaste los libros que leyó Paul Gaughin? ¿O mejor aún por qué no reprobaste con mayor ímpetu que abusara de niñas sexualmente?
“En el estado lastimoso en que te encontrabas, ya no constituías un riesgo: no ibas a hacer perder la virginidad ni embarazar a esas niñas marquesanas. No hubieras podido hacerles el amor aunque te lo hubieran permitido, porque, desde hacía algún tiempo, no habías vuelto a tener erecciones ni asomo de deseo sexual”.
Ahora bien, dicho esto que era lo único que no pretendía dejar por fuera, es un libro muy bien retratado, vale la pena tomarse el tiempo y buscar cada pintura de Gauguin, comparar la descripción del autor de la realidad literaria, con la percepción propia. Un maestro de los colores, de las sensaciones que dan los mismos, cuadros absurdos, obscenos, desproporcionados, incorentes que cuentan lo que vos veías Koke.
La sexualidad es un tema principal, y separados por una generación en ambas personalidades juega un papel muy importante en su dedicación y labor, esa sexualidad dañada, corrompida, abusada. Es difícil leer esto, ¡acaso no hay muchas mujeres aún que temen de su sexualidad, que el sexo les es asqueroso, repugnante, abusivo! con lo magnífico que es. Una sociedad occidental que sataniza el disfrute sexual, y lo vuelve un método más de control patriarcal e incluso religioso.
No es esto mismo lo que Paul envidia de los tahitianos y maoríes, su inocencia y pureza sexual.
No encuentran Flora Tristan y Paul Gauguin el Paraíso, ¿lo haremos nosotros?
Estaba sentada en aquel sillón rojo, mientras tomaba un trago, ¿era tequila o ginebra?, y hablaba sobre la relación de la mujer en la sociedad, sobre sus casos familiares específicos, sobre mi experiencia propia y sin saber como aquellos dos hermanos tan distintos uno del otro, acordaron que debía leer este libro. Eran tres ediciones, escogieron la más bonita y me la dieron.
El Paraíso en la otra esquina, primera página y ya una frase me hizo cuestionarme “¿Qué sería, pues, de nosotros, sin la ayuda de lo que no existe?” - Paul Valéry, breve epístola sobre el mito. ¿Qué no existe dios, el mito, el amor o el paraíso?
Fue interesante leer este libro, porque constantemente me preguntaban mi opinión, hablé mucho sobre el, por lo cual era un fin inevitable que me tomara una tarde para escribir y plasmar esto.
Quiero decir primero lo malo, si es que puede llamarse así, pues sí. Mario Vargas Llosa se atreve a escribir este libro retratando parte de la vida de Flora Tristán, quien es considerada pionera feminista, de una forma misógina innegable.
“Pese a todo lo que habías aprendido en materia de injusticia, todavía eras una ignorante cuando escribiste las Peregrinaciones de una paria”.
Intenté buscar en blogs, acá en goodreads, una crítica que hubiera notado lo mismo que yo, pero esta fue inexistente. ¿Era este lenguaje machista demasiado imperceptible? ¿Estaba disfrazado en un libro donde la protagonista mujer tiene el mismo número de capítulos que el protagonista hombre, su nieto?
Simplemente no había razón, fueron demasiadas las veces que leí sobre las faltas ortográficas de Florita, sobre lo inculta que era, sobre lo poco que había leído. Me preguntaba: si el formador de la unión obrera hubiese sido un hombre hubiera importado esto. ¿Acaso Llosa contaste los libros que leyó Paul Gaughin? ¿O mejor aún por qué no reprobaste con mayor ímpetu que abusara de niñas sexualmente?
“En el estado lastimoso en que te encontrabas, ya no constituías un riesgo: no ibas a hacer perder la virginidad ni embarazar a esas niñas marquesanas. No hubieras podido hacerles el amor aunque te lo hubieran permitido, porque, desde hacía algún tiempo, no habías vuelto a tener erecciones ni asomo de deseo sexual”.
Ahora bien, dicho esto que era lo único que no pretendía dejar por fuera, es un libro muy bien retratado, vale la pena tomarse el tiempo y buscar cada pintura de Gauguin, comparar la descripción del autor de la realidad literaria, con la percepción propia. Un maestro de los colores, de las sensaciones que dan los mismos, cuadros absurdos, obscenos, desproporcionados, incorentes que cuentan lo que vos veías Koke.
La sexualidad es un tema principal, y separados por una generación en ambas personalidades juega un papel muy importante en su dedicación y labor, esa sexualidad dañada, corrompida, abusada. Es difícil leer esto, ¡acaso no hay muchas mujeres aún que temen de su sexualidad, que el sexo les es asqueroso, repugnante, abusivo! con lo magnífico que es. Una sociedad occidental que sataniza el disfrute sexual, y lo vuelve un método más de control patriarcal e incluso religioso.
No es esto mismo lo que Paul envidia de los tahitianos y maoríes, su inocencia y pureza sexual.
No encuentran Flora Tristan y Paul Gauguin el Paraíso, ¿lo haremos nosotros?