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A review by lucede
Orlando Edición ilustrada by Virginia Woolf
5.0
«Seguramente ya que es una mujer, y una mujer hermosa, y una mujer en la flor de la vida, pronto abandonará este simulacro de escribir y pensar y empezará a pensar por lo menos en un guardabosque (y mientras piense en un hombre a nadie le parece mal que una mujer piense). Y después le escribirá una notita (y mientras escriba notitas a nadie le parece mal tampoco que una mujer escriba) concertando una cita para el domingo al anochecer».
Es muy complicado resumir Orlando de Virginia Woolf. Puede decirse que es la biografía (ficticia) de un personaje que transita épocas, géneros, lugares. Que es una carta de amor de Virginia a Vita; pero también que es una novela de aventuras; o que es una novela fantástica. Que es una parodia de la biografía como género literario. Que es una obra de crítica social. Que es la crítica literaria hecha novela. Digamos todo esto: nada de esto es mentira y, sin embargo, nada de esto es Orlando.
En el Orlando, Virginia Woolf da una lección sobre cómo se escribe una novela. Escribe la verdadera obra universal, la verdadera obra clásica, porque toca en ella temas universales (el amor, el paso del tiempo, la muerte, la relación con la naturaleza, la relación con la ciudad, los cambios sociales, la pérdida, el aprendizaje…) y además lo hace desde prismas diferentes: Orlando comienza siendo un muchacho noble de finales del s. XVI y acaba siendo una gran dama de principios del s. XX que conduce y usa pantalones.
Por todo esto es Orlando una de mis novelas favoritas; pero también por la ácida crítica que realiza de los roles de género y que perfectamente puede leerse y comprenderse desde nuestra época; por el humor (a veces sutil, a veces no tanto) que ilumina la novela; por el uso excepcional del lenguaje, por el control minucioso que demuestra de cada situación, de cada idea, al usar en todo momento el término, la fórmula, la sintaxis exactas; por la demostración constante de erudición de Virginia Woolf (quizá más que en cualquier otra de sus novelas), que antes de escribir había leído más de lo que cualquiera de nosotras leerá nunca. Por la sinergia de estas características, pero también por otros motivos que percibo y que, sin embargo, no sé explicar, creo que es una obra redonda, explosiva, perfecta.
Es muy complicado resumir Orlando de Virginia Woolf. Puede decirse que es la biografía (ficticia) de un personaje que transita épocas, géneros, lugares. Que es una carta de amor de Virginia a Vita; pero también que es una novela de aventuras; o que es una novela fantástica. Que es una parodia de la biografía como género literario. Que es una obra de crítica social. Que es la crítica literaria hecha novela. Digamos todo esto: nada de esto es mentira y, sin embargo, nada de esto es Orlando.
En el Orlando, Virginia Woolf da una lección sobre cómo se escribe una novela. Escribe la verdadera obra universal, la verdadera obra clásica, porque toca en ella temas universales (el amor, el paso del tiempo, la muerte, la relación con la naturaleza, la relación con la ciudad, los cambios sociales, la pérdida, el aprendizaje…) y además lo hace desde prismas diferentes: Orlando comienza siendo un muchacho noble de finales del s. XVI y acaba siendo una gran dama de principios del s. XX que conduce y usa pantalones.
Por todo esto es Orlando una de mis novelas favoritas; pero también por la ácida crítica que realiza de los roles de género y que perfectamente puede leerse y comprenderse desde nuestra época; por el humor (a veces sutil, a veces no tanto) que ilumina la novela; por el uso excepcional del lenguaje, por el control minucioso que demuestra de cada situación, de cada idea, al usar en todo momento el término, la fórmula, la sintaxis exactas; por la demostración constante de erudición de Virginia Woolf (quizá más que en cualquier otra de sus novelas), que antes de escribir había leído más de lo que cualquiera de nosotras leerá nunca. Por la sinergia de estas características, pero también por otros motivos que percibo y que, sin embargo, no sé explicar, creo que es una obra redonda, explosiva, perfecta.