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A review by remocpi
Tintín en el Tíbet by Concepción Zendrera, Hergé
5.0
Tintín es otra de las series fundamentales de mi infancia lectora. En cada una de sus entregas participamos asistimos en las aventuras de un reportero que siempre gana, a veces por su inteligencia, a veces por su intuición, a veces gracias a sus amigos, y otras muchas gracias a la pura suerte. Pero siempre gana. Hay una serie de personajes secundarios, arquetípicos, que sirven casi siempre como recurso humorístico (Hernández y Fernández, el capitán Haddock, la Castafiore, el despistado profesor Tornasol..), además de Milú, que es el Robin, el Sancho Panza.
Gracias a Tintín aprendí pizcas variadas de historia, geografía y política, que me servían en aquel momento para ir creando mi mapa mental del mundo. También algo de ciencia, porque recuerdo que Tintín descubre agua en la Luna durante un paseo, en un libro escrito en 1954. Por cierto, llegan a la luna en un cohete impulsado por energía nuclear inspirado en un diseño de von Braun que no necesita un lander (como el Eagle) porque él solo tiene energía suficiente para aterrizar y despegar de donde sea con toda la masa del cohete. Otro punto más en favor de la energía nuclear. Leo en ocasiones críticas a la serie por ser racista, pero se nos olvida que está escrita entre los años 30 y 40 (alguno en el 50) del siglo XX y que lo woke por aquel entonces era no ser pronazi y poco más.
Hay en la serie momentos épicos, de los que sigo recordando 30 años después, como la pérdida de Hernández y Fernández en el desierto, moviéndose en círculos con su jeep, viendo como cada vez se unen más huellas de jeep a su camino:
En conjunto es una de las series (Mortadelo, Zipi y Zape, Astérix, Lucky Luke, Tintín) de comics de mi infancia. Sin ella intuyo que habrían cambiado muchas cosas. A peor.
Gracias a Tintín aprendí pizcas variadas de historia, geografía y política, que me servían en aquel momento para ir creando mi mapa mental del mundo. También algo de ciencia, porque recuerdo que Tintín descubre agua en la Luna durante un paseo, en un libro escrito en 1954. Por cierto, llegan a la luna en un cohete impulsado por energía nuclear inspirado en un diseño de von Braun que no necesita un lander (como el Eagle) porque él solo tiene energía suficiente para aterrizar y despegar de donde sea con toda la masa del cohete. Otro punto más en favor de la energía nuclear. Leo en ocasiones críticas a la serie por ser racista, pero se nos olvida que está escrita entre los años 30 y 40 (alguno en el 50) del siglo XX y que lo woke por aquel entonces era no ser pronazi y poco más.
Hay en la serie momentos épicos, de los que sigo recordando 30 años después, como la pérdida de Hernández y Fernández en el desierto, moviéndose en círculos con su jeep, viendo como cada vez se unen más huellas de jeep a su camino:
En conjunto es una de las series (Mortadelo, Zipi y Zape, Astérix, Lucky Luke, Tintín) de comics de mi infancia. Sin ella intuyo que habrían cambiado muchas cosas. A peor.