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A review by guille
Lo Mucho Que Te Amé / How Much I Loved You by Eduardo Sacheri
2.0
Volvió la tradición de escribir con sueño después de terminar una novela 🥳 Esto trae dos cuestiones: una buena, una mala. Por un lado, ES UNA MEGA REVIEW y me digné a escribir más que una frase. Por el otro, reitero que escribo con sueño y un par de neuronas desconectadas. Siendo este el caso, bienvenidos otra vez a mis delirios de crítica literaria (:
Si elegís leerlo como un drama familiar, no es satisfactorio. Si elegiste leerlo como un ensayo y crítica a la monogamia, tampoco. No es suficiente como análisis psicológico de los personajes y su argumento tampoco es lo suficientemente ostentoso para atraparte o para darle sentido.
Los personajes y sus relaciones están a medio armar. Tenemos momentos que pretenden construirlas, mostrar en vez de decir, pero caen chatas. Es más lo que dicen unos de otros, lo que recuerdan unos de otros, que lo que viven en las páginas del libro. Las amistades del grupo del cine y la dinámica familiar de la casa de los Fernández-Mollé es interesante y, por momentos, se deja desarrollar. Pero no es sufienciente.
Siendo que la familia y sus lazos son un eje central de la novela, me gustaría poder decir que conozco a sus miembros. Sin embargo, no creo que ese sea el caso. Justificados por los escrúpulos y los silencios escrupulosos de la época en la que se decide narrar, no considero que se le dedique el suficiente tiempo a hablar del resto. Hubiese sido muy interesante el planteo paralelo del "escándalo" de Mabel y el de Ofelia. Siendo que en la novela se insinúa y que termina siendo crucial en el desenlace (si a eso lo podemos llamar desenlace) de la historia.
A su vez, me parece que se desaprovechó el uso de los tiempos en los que se narra y la encrucijada política en la que se encontraba el país.
Mis mayores críticas son las siguiente:
1. Si lo consideramos como una historia trágica, una historia de amores imposibles concebidos en las peores circunstancias, no se logra generar el espacio suficiente para que el lector se adentre en la historia de esta manera. Para ser un libro cuyo argumento es una infidelidad, no se siente el riesgo. Va muy rápido, después muy lento. Pasa nada y más nada. Son dos personas con las que no logro empatizar: Ofelia finge demencia (como bien lo habría de aludir su nombre) y Manuel es concebido como el más "deconstruido" del grupo, pero no entiende que al rechazo le sigue la superación. No resulta progresiva o razonable la forma en que se desarrollan los pensamientos, sentimientos y posteriores acciones de los personajes. Son dos irresponsables y egoístas. Lo peor, es que si ese fuese el planteo (construir protagonistas odiables y hacer una crítica por ese lado) tampoco es suficiente. El libro intenta hacerte sentir por ellos y, desafortunadamente, no lo logra.
2. Si fuese planteado como un ensayo sobre la moralidad de la monogamia y la posibilidad de enamorarse o amar a múltiples personas, el argumento no sólo es insuficiente sino que va contra su propio planteo. Acá no se trata el poliamor. El poliamor es consensuado, todas sus partes, por más diversos que sean sus vínculos, son conscientes de su situación y deciden activamente tomar parte. Ese no es el caso en la novela. Quizá, en un impulso por justificar sus propias acciones, Ofelia entiende el paso del tiempo y como el paso de las generaciones trae a cambios en la percepción de uno y el resto. Son temas sumamente interesantes, pero (como a otros temas mencionados) no se le da tiempo. No se le da tiempo a nada. Ni a criticar a Ofelia y Manuel, ni a estar a favor de Ofelia y Manuel. Es un desastre.
Yo se que Sacheri tiene la capacidad de escribir un buen libro, de escribir buenos personajes, diálogos y arcos, de enhebrar la trama de forma creativa e inesperada. Sabe plantear un argumento que no solo tome lugar en un momento histórico y que sean comentarios al pasar, sino que se entremezclen con las propias decisiones y sentimientos de los personajes o sean una especie de paralelismo al transcurrir la novela. Por eso y por cuestiones que simplemente charlaré (y por charlar me refiero a gritar con mi mamá), creo ser objetiva cuando digo que este libro es un desastre. Siento que la idea estaba, y al igual que Ofelia: no fueron contundentes con sus decisiones, y no terminó siendo ni chicha ni limonada.
Si elegís leerlo como un drama familiar, no es satisfactorio. Si elegiste leerlo como un ensayo y crítica a la monogamia, tampoco. No es suficiente como análisis psicológico de los personajes y su argumento tampoco es lo suficientemente ostentoso para atraparte o para darle sentido.
Los personajes y sus relaciones están a medio armar. Tenemos momentos que pretenden construirlas, mostrar en vez de decir, pero caen chatas. Es más lo que dicen unos de otros, lo que recuerdan unos de otros, que lo que viven en las páginas del libro. Las amistades del grupo del cine y la dinámica familiar de la casa de los Fernández-Mollé es interesante y, por momentos, se deja desarrollar. Pero no es sufienciente.
Siendo que la familia y sus lazos son un eje central de la novela, me gustaría poder decir que conozco a sus miembros. Sin embargo, no creo que ese sea el caso. Justificados por los escrúpulos y los silencios escrupulosos de la época en la que se decide narrar, no considero que se le dedique el suficiente tiempo a hablar del resto. Hubiese sido muy interesante el planteo paralelo del "escándalo" de Mabel y el de Ofelia. Siendo que en la novela se insinúa y que termina siendo crucial en el desenlace (si a eso lo podemos llamar desenlace) de la historia.
A su vez, me parece que se desaprovechó el uso de los tiempos en los que se narra y la encrucijada política en la que se encontraba el país.
Mis mayores críticas son las siguiente:
1. Si lo consideramos como una historia trágica, una historia de amores imposibles concebidos en las peores circunstancias, no se logra generar el espacio suficiente para que el lector se adentre en la historia de esta manera. Para ser un libro cuyo argumento es una infidelidad, no se siente el riesgo. Va muy rápido, después muy lento. Pasa nada y más nada. Son dos personas con las que no logro empatizar: Ofelia finge demencia (como bien lo habría de aludir su nombre) y Manuel es concebido como el más "deconstruido" del grupo, pero no entiende que al rechazo le sigue la superación. No resulta progresiva o razonable la forma en que se desarrollan los pensamientos, sentimientos y posteriores acciones de los personajes. Son dos irresponsables y egoístas. Lo peor, es que si ese fuese el planteo (construir protagonistas odiables y hacer una crítica por ese lado) tampoco es suficiente. El libro intenta hacerte sentir por ellos y, desafortunadamente, no lo logra.
2. Si fuese planteado como un ensayo sobre la moralidad de la monogamia y la posibilidad de enamorarse o amar a múltiples personas, el argumento no sólo es insuficiente sino que va contra su propio planteo. Acá no se trata el poliamor. El poliamor es consensuado, todas sus partes, por más diversos que sean sus vínculos, son conscientes de su situación y deciden activamente tomar parte. Ese no es el caso en la novela. Quizá, en un impulso por justificar sus propias acciones, Ofelia entiende el paso del tiempo y como el paso de las generaciones trae a cambios en la percepción de uno y el resto. Son temas sumamente interesantes, pero (como a otros temas mencionados) no se le da tiempo. No se le da tiempo a nada. Ni a criticar a Ofelia y Manuel, ni a estar a favor de Ofelia y Manuel. Es un desastre.
Yo se que Sacheri tiene la capacidad de escribir un buen libro, de escribir buenos personajes, diálogos y arcos, de enhebrar la trama de forma creativa e inesperada. Sabe plantear un argumento que no solo tome lugar en un momento histórico y que sean comentarios al pasar, sino que se entremezclen con las propias decisiones y sentimientos de los personajes o sean una especie de paralelismo al transcurrir la novela. Por eso y por cuestiones que simplemente charlaré (y por charlar me refiero a gritar con mi mamá), creo ser objetiva cuando digo que este libro es un desastre. Siento que la idea estaba, y al igual que Ofelia: no fueron contundentes con sus decisiones, y no terminó siendo ni chicha ni limonada.