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A review by citlalialvrod
The Ersatz Elevator by Lemony Snicket
adventurous
dark
funny
mysterious
tense
fast-paced
- Plot- or character-driven? Plot
- Strong character development? Yes
- Loveable characters? Yes
- Diverse cast of characters? No
- Flaws of characters a main focus? Yes
4.5
Mi favorito hasta el momento
En esta entrega los Baudelaire conocen a sus nuevos guardianes: Jerome y Esme, una pareja un tanto peculiar que viven en el último piso de un fabuloso edificio, lo cual suena mejor de lo que es, pues no es tan divertido subir 48 (o tal vez 84) pisos de escaleras, pues los elevadores "no están de moda".
Jerome es agradable y atento hacia los Baudelaire, pero su defecto fatal es que detesta discutir, aún si no es una discusión como tal; el hombre se aleja tanto como puede de cualquier tipo de confrontación (relatable, tho), lo cual resultará en un conflicto mayor.
Esme, por su parte, es la sexta mejor consejera financiera de la ciudad, y está enteramente obsesionada con lo que está de moda, y lo que no lo está, también; por lo que cambiará su apartamento, su dieta, su ropa y cualquier otra cosa que sea necesaria. Ella no tiene mucho aprecio por los Baudelaire, pero los huérfanos están de moda, así que no tiene tanto problema con ellos.
Siguiendo con los eventos del libro anterior, los amigos de los Baudelaire, los Quagmire, están perdidos y a merced del Conde Olaf, que en esta ocasión se hace pasar por un extranjero que dirigirá la subasta de objetos a la moda, Gunther.
El libro es divertido, ingenioso, y logra mantener la tensión a lo largo de todas sus páginas.
Similar a The Miserable Mill, vemos muy poco al Conde Olaf, lo cual me parece un acierto, pues genera expectativa de cuáles son sus planes para con los Baudelaire, y ahora con los Quagmire.
Hay un par de giros de trama, muy buenos, que mantienen el sentido de urgencia.
La relación de los Baudelaire con los Quagmire es entrañable, necesito que pronto estén a salvo y felices todos juntos.
El resto de personajes tiene el tinte caricaturesco adecuado, además de las situaciones en que se desarrollan las cosas.
El misterio va aumentado.
En esta entrega los Baudelaire conocen a sus nuevos guardianes: Jerome y Esme, una pareja un tanto peculiar que viven en el último piso de un fabuloso edificio, lo cual suena mejor de lo que es, pues no es tan divertido subir 48 (o tal vez 84) pisos de escaleras, pues los elevadores "no están de moda".
Jerome es agradable y atento hacia los Baudelaire, pero su defecto fatal es que detesta discutir, aún si no es una discusión como tal; el hombre se aleja tanto como puede de cualquier tipo de confrontación (relatable, tho), lo cual resultará en un conflicto mayor.
Esme, por su parte, es la sexta mejor consejera financiera de la ciudad, y está enteramente obsesionada con lo que está de moda, y lo que no lo está, también; por lo que cambiará su apartamento, su dieta, su ropa y cualquier otra cosa que sea necesaria. Ella no tiene mucho aprecio por los Baudelaire, pero los huérfanos están de moda, así que no tiene tanto problema con ellos.
Siguiendo con los eventos del libro anterior, los amigos de los Baudelaire, los Quagmire, están perdidos y a merced del Conde Olaf, que en esta ocasión se hace pasar por un extranjero que dirigirá la subasta de objetos a la moda, Gunther.
El libro es divertido, ingenioso, y logra mantener la tensión a lo largo de todas sus páginas.
Similar a The Miserable Mill, vemos muy poco al Conde Olaf, lo cual me parece un acierto, pues genera expectativa de cuáles son sus planes para con los Baudelaire, y ahora con los Quagmire.
Hay un par de giros de trama, muy buenos, que mantienen el sentido de urgencia.
La relación de los Baudelaire con los Quagmire es entrañable, necesito que pronto estén a salvo y felices todos juntos.
El resto de personajes tiene el tinte caricaturesco adecuado, además de las situaciones en que se desarrollan las cosas.
El misterio va aumentado.