A review by lumenendez
Todo lo que crece. Naturaleza y escritura by Clara Obligado

5.0

"Poner nombre es, también, una estrategia de supervivencia".

Hay libros que hacen a una pensar en todas las experiencias que han sobrevivido gracias a que han sido nombradas. También en todas las personas que han sobrevivido porque esas experiencias tenían nombre. Este es uno de ellos. Lo leí hace meses y lo reseño ahora porque he necesitado tiempo para desbrozar el camino y poder transitarlo con el sosiego que requiere el reflexionar.

Todo lo que crece es un breve pero potente ensayo que, mediante un lenguaje metafórico, sugestivo pero simple, mínimo, cuenta la vida de Clara Obligado entre Argentina y España. En su escritura, es tan importante aquello que se dice explícitamente como lo que puede leerse entre líneas si se va un poco más allá de la palabra pura: ¿Qué implicaciones tiene el desarraigo? ¿Cómo se reconstruye la identidad después del exilio político? ¿Qué papel juega la escritura en la lucha contra el olvido? ¿Qué papel ocupa el ser humano en el mundo? Estas son algunas de las preguntas que encontramos cuando, como un árbol en otoño, caen las hojas y nos encontramos de frente con la estructura esencial que sostiene la narración.

El exilio no es sólo un traslado del propio cuerpo, es una ruptura que condena al naufragio identitario; entre dos tierras, un océano que se abre tan profundo como el dolor de dejar un hogar y abrirse paso a través de la sangre, el sudor y las lágrimas para construir otro. La división del ensayo en dos partes (sur y norte: Argentina y España) redunda en esta idea. Una lengua común es lo único que media entre tan larga distancia, y esta lengua será la aguja y el hilo con el que Clara Obligado irá, puntada a puntada, uniendo los retazos de de una vida fracturada. La primera parte es una ventana a la infancia de la autora y a las reflexiones que sobre ella hace en el presente: es un regreso al jardín de la juventud, al momento en el que el castigo divino no se había consumado porque el fruto prohibido que es la toma de conciencia estaba madurando todavía. “Escribir es imaginar hacia atrás”, dice la autora. Y el inicio de todo ese viaje inverso nos lleva a la primera semilla. Mediante la escritura se aprende, reaprende y aprehende el mundo, y hay que poner el mismo cuidado en cada palabra y en cada investigación biográfica que el que se vuelca en las plantas domésticas.

Retomo la cita de Zambrano que da comienzo a la segunda parte: "gracias al destierro conocimos la tierra". Si Argentina era el Edén, España será el Averno. ¿Cuál es el castigo que obliga a la escritora a abandonar su jardín natal para adentrarse en la crudeza de una ciudad de asfalto caliente y olor a orín y humo? La renegación del silencio político. El grito contra la dictadura nace del dolor por la muerte de su pareja en aquel entonces y, aunque este episodio forma parte de las cosas que se dicen sin decirse en el libro, se vuelven cristalinos el miedo y la rabia que envuelve cada palabra. Madrid primero y Extremadura después serán las tierras que acogerán a una mujer a la que intentaron arrebatar la palabra. Este acto de violencia, sin embargo, surtió el efecto contrario: Obligado alza la voz por todas las mujeres a las que la suya les fue negada y por todos los hombres arroyados por el curso de la historia que lucharon (y, aún hoy, luchan) con vistas a construir un nuevo mundo, uno mejor: el paraíso de la humanidad en la tierra.

Recuerdo lo evocador de May Sarton en cada página de este libro. El vínculo entre literatura y naturaleza está presente en ambas, igual que el desarraigo y la crisis identitaria que éste trae consigo. En ambas, las palabras no caen al azar en las páginas; es más, están dispuestas de la misma forma en que se disponen las flores en un parterre, cuidadas con el mimo con el que se cuida un jardín y regadas con las lágrimas que nacen de la misma herida.

Porque, antes que cualquier otra cosa, Todo lo que crece no es un libro, es una herida abierta que aún hoy sigue sangrando en diversos cuerpos. Serán las palabras como las que Obligado nos presenta aquellas que iluminarán la subida del infierno terrenal de hoy al paraíso del mañana limpio.