A review by carlajuanbeneyto
La Regenta by Leopoldo Alas

5.0

“La heroica ciudad dormía la siesta”.

Así empieza “La regenta” (1885), monumento de las letras españolas. No os lo voy a negar, al empezar a leerla, sentí esa especie de miedo y respeto que suscitan las novelas extensas y complejas. Cuesta un poco entrar de lleno en la trama porque la primera parte de la obra (los quince primer capítulos de treinta) se centran en el pasado de sus personajes, especialmente de Ana, la regenta, y en ellos apenas transcurre la acción. Sin embargo, cuando llegas a la segunda parte de la novela, eres consciente de cuán necesaria era esa profundización psicológica para comprender la sucesión acelerada de acontecimientos que se da hasta el final de la obra - tengamos en cuenta que, en la primera parte, solo transcurren tres días, y en la segunda, más de dos años -.

Aunque su trama se nos presente como aparentemente sencilla - trata la lucha incesante de los sentimientos de Ana y su debate entre ser fiel a su marido, seguir el camino de la religión o rendirse a las pasiones del donjuán de Vetusta, Álvaro Mesía -, la complejidad de la obra reside precisamente en la alucinante introspección psicológica que Clarín hace de sus personajes principales - ahora mismo, Ana Ozores se me presenta como alguien que existe en la vida real y a quien conozco muy bien -. y en la profunda crítica social a la España de la restauración y al ambiente asfixiante de las ciudades provincianas, su doble moral, hipocresía y convencionalismos, que subyace en el argumento.

La obra ha generado no solo controversia, sino numerosas interpretaciones, de entre las que destacan aquellas que aluden al mensaje de la lucha entre el amor carnal y el espiritual, las que la clasifican como novela de la frustración, y las que hacen una lectura más psicológica. En cualquier caso, una novela a la que todo agasajo se le queda corto. Eso sí, es muy extensa y compleja, por lo que, si la leéis, os recomiendo dosificarla correctamente y leerla poco a poco para sumergiros de lleno en el mundo de Vetusta; tal vez incluso alternando su lectura con la de otros libros más ligeros para evitar que se os atragante y sintáis ganas de abandonarla, pues os aseguro que vale la pena seguir hasta el final.