La Haraway tiene una habilidad para expresar ideas muy complejas de maneras relativamente sencillas. Sin embargo, a ratos su textura se antoja muy densa, por lo que hay que leerlo con cuidado. Hay una bestialidad fractal de ideas aquí; muchas son todavía vigentes. De otras, el discurso ha evolucionado y mucho de lo que Haraway anticipa, en cierta medida, ya está sucediendo con todavía más beligerancia en la vida pública. Como sea, permanece una lectura muy interesante, aunque a ratos compleja en su presentación de ideas. No es para menos, porque mucho de lo que le interesa a Haraway explorar despúes, en torno a las formas en que podemos resistir en comunidad, encuentra sus primeras semillas aquí.
Brutal. Cantarle el precio al psicoanálisis y al fascismo nunca se vio tan chingón. Ese ligero tesón de esperanza al final me apapachó, aunque poco, frente al horrible mundo del afuera que se niega a adaptarse.
A 40 años de distancia, siguen vigentes varias cosas respecto al aspecto político de la fantasía. Su enfoque psicoanalítico, demasiado centrado en los impulsos inconscientes, y su corpus literario, compuesto en su mayoría por textos de señoros blancos, terminaron por generar un malestar en mi lectura. Aunque las estrategias que destaca Jackson son útiles para entender este tipo de relatos, falla en considerar expresiones más diversas que justo aprovechan mucho mejor el potencial político y beligerante de este género.
Una novela donde el tropo de la posesión es lo menos relevante. Muy self-aware, metareferencial, y muy inmersa en el contexto político de finales de los 00s. Se pinta mucho como un homenake al cine de terror, a Shirley Jackson y, extrañamente, al boom de reality shows de principios de siglo XXI, impulsado, curiosamente, por la huelga del '07 del sindicato de escritores... Está entretenida, pero no me llama mucho leer más del autor.
Vaya, que no esperaba que una señora escocesa que explora las montañas Cairngorm, en principio por mero sentido de logro, terminara siendo una exploración tan contundente de las experiencias sensoriales en el cuerpo: "No estoy fuera de mí misma, sino dentro."
Que a la mayoría de la gente le pase de noche el crimen de odio y la misoginia para admirarle la escritura a este vato... la verdad es que no me sorprende.
La agenda heterosexual ha arruinado más vidas de las que una cree.
Si Victor se hubiera dado el chance de rizar el rizo y vivir su vida gei con Clerval, Adam habría tenido una red amorosa que apapachar sus 2 metros y medio de confusión.
Also, la puesta en abismo? AWESOME. (meaning: relato que enmarca un relato que enmarca otro relato) Supongo que habrá harto estudio respecto al marcaje racial en la novela, pero sí que es de pensarse...